Descubriendo la ósmosis inversa en el consumo de agua en el hogar
Hace poco hablábamos de cómo la domótica se va colando en los hogares poco a poco como forma de mejorar la calidad de vida, mejorar la eficiencia energética o, incluso, revalorizar el valor de un piso. De ahí, surgió la curiosidad de seguir buscando ejemplos que tengan cada día más popularidad cuando, por casualidad, llegó a mí una palabra: «osmosis inversa«.
El concepto básico de la osmosis inversa (u ósmosis inversa) es muy fácil de entender y un proceso sencillo de conseguir que permite purificar una solución concentrada, en el caso que nos ocupa, conseguir purificar el agua. ¿Cómo? El agua se desliza a través de una membrana, generando una presión muy concreta conocida como presión osmótica capaz de romper la solución. Esta presión, provocada normalmente por el propio peso del agua, hace que los iones, moléculas y partículas más grandes se queden al otro lado de la membrana.
La ósmosis inversa es una técnica con gran aceptación en todo tipo de ámbitos como la industria, o los regadíos, por eso no era de extrañar que cada día tenga más importancia entre aquellos que acostumbran a cuidarse para su uso en hogares u edificios. Seguro que a priori algunos no lo conocerán por su nombre técnico, yo misma me sorprendí de lo bien que lo conocía cuando me topé con él. Te dejo un ejemplo de su expresión más sencilla, esa que puedes encontrar en muchos hogares y seguro que te suena haberlo visto más de una vez:
Lo que a priori puede parecer una simple jarra con filtro para el agua, esconde una tecnología sencilla que se ha potenciado en los hogares a través de los años, de forma que en el consumo diario se puedan eliminar partículas del agua, incluidas las sales en el caso del agua de baja calidad, o incluso consiguiendo, en el caso de los aparatos más sofisticados, mejorar incluso el sabor del agua mediante el sistema de la ósmosis inversa del que hablamos hoy. De hecho, es una técnica que se instala, al fin y al cabo, en los sistemas de agua que llegan a los grifos de nuestras casas para reforzar la calidad y limpieza del agua antes de su consumo, aunque los sistemas de osmosis inversa para el hogar son habitualmente compactos, y ocupan un espacio menor que el que pueden ocupar otros sistemas de tratamiento del agua.
Puede que pensemos que las ventajas de utilizar este sistema no se aprecian tanto en zonas con agua de calidad como Madrid como en otros lugares donde el agua tiene más sabor u olor como algunas zonas costeras, pero por ejemplo, quitar el sodio del agua que consumimos, por ejemplo, será especialmente beneficioso para las personas con presión arterial alta o que sufren enfermedades hepáticas, por ejemplo. Por supuesto que no lo va a notar de un día para otro o a corto plazo, pero poco a poco irá depurando el cuerpo o, al menos, reduciendo la cantidad de sustancias no demasiado buenas que bebemos habitualmente (sin volverse loco, hay ciertas mineralizaciones que son necesarias también para el organismo).
Otro de los beneficios de la ósmosis inversa a la hora de consumir agua en el hogar es lo automático del sistema, con aparatos de mayor o menor capacidad según las necesidades. En el mercado se pueden llegar a encontrar sistemas para incorporar al hogar de forma permanente ya que la buena acogida del formato en jarras para el hogar ha tenido muy buenos resultados, al fin y al cabo el cuerpo es casi 3/4 partes agua y, según apuntan los expertos, «cada 15 días renovamos completamente todo el agua de nuestro cuerpo», como comentan desde Estudio Solar Renovables.
El problema del agua del grifo en el mejor de los casos son los productos que se utilizan par hacerla apta para el consumo como el cloro, así como los residuos que con el paso de los años se van quedando en las tuberías como en el caso de la cal y otras impurezas que se cuelan en el sistema; sin embargo, en otras zonas al problema se suman exceso de sales y minerales que pueden llegar a provocar sabor en el agua. Por eso, es normal ver a personas que beben habitualmente agua embotellada porque viven en zonas con agua de baja calidad. Allí es más habitual utilizar sistemas para reforzar la limpieza y purificación del agua como alternativa de ahorro a los costes que supone beber siempre agua embotellada.
A la hora de incluir esta mejora en tu hogar, debes fijarte bien en la calidad del aparato para encontrar el producto de mayor eficacia a la hora de filtrar el agua que va a consumir. Ten en cuenta que la membrana no solo filtra los sedimentos del agua, también debe ser capaz de eliminar sales, metales, cloro, etc., por eso debes buscar membranas fabricadas con elementos que filtren estos elementos como el carbón activo. Algunos productos, incluso limitan el paso de virus y bacterias gracias a ella, por lo que podemos decir que la membrana es lo más importante a la hora de elegir qué mecanismo de ósmosis inversa vas a incorporar a tu hogar.
Además, este tipo de aparatos, una vez fabricados obviamente, son respetuosos con el medio ambiente, ya que no producen o utilizan productos químicos o nocivos durante su proceso y, en el caso de la jarras, no requieren ni de un enchufe para funcionar, por lo que tampoco genera un gasto adicional alto. Muchas personas indican que se llega a ahorrar en agua también porque evitas dejar correr el agua cada vez que se llena un vaso de agua, sabiendo que cada vaso tiene agua de calidad o no contaminada por todo lo que nos rodea (como polvo, etc.)
También debes tener en cuenta que esa membrana se irá deteriorando con el paso del tiempo, por eso, a pesar de que su durabilidad suele ser bastante amplia (incluso en muchos casos vienen con algunas membranas de recambio), así que debes elegir un producto cuyos recambios sean cómodos de encontrar con el paso del tiempo. El que compres este verano en la feria o mercadillo «x» será genial, pero si la calidad realmente te convence asegúrate de que puedes contactar para poder ofrecerle un buen mantenimiento al aparato, al fin y al cabo de los pocos que va a requerir un aparato de este tipo para mantenerse en óptimas condiciones.