A fondo: hablemos de manchas solares
Las manchas en la piel son una afección muy común entre mujeres y hombres de todas las edades, aunque con el paso del tiempo se incrementan debido a la exposición de la piel a distintas agresiones externas dando lugar a antiestéticas marcas que en algunos casos pueden llegar a palabras mayores.
Para entender qué ocurre con las manchas en la piel debemos comprender cómo y porqué se origina la mancha. En este sentido, una de las células que forman la piel son los melanocitos y, precisamente ellos, son los encargados de producir melanina que protege la piel de las radiaciones solares y que es la responsable de aportar tono la piel, por lo que está directamente relacionado con su bronceado.
Desde que una persona viene al mundo consta de una especie de reloj biológico que es el encargado de medir el tiempo de exposición al sol, entre otros aspectos. Según cómo sea cada tipo de piel hay un límite distinto de tolerancia a esa exposición y a esa radiación, es lo que muchos llaman “memoria solar de la piel”.
Debemos dejar claro que el sol es necesario para la vida, recordemos en este sentido uno de los primeros problemas que encontraron los esclavos africanos al llegar a Inglaterra donde, al ver muy limitadas las horas de exposición al sol comenzaron a sufrir casos de raquitismo. Como es comúnmente sabido, el sol es necesario para la síntesis de vitamina D en el cuerpo, pero también se relaciona a través de distintos procesos con muchos más aspectos como la asimilación del calcio o la producción de melatonina.
Esto no quiere decir que sea bueno pasarse todo el día bajo los rayos solares, se sabe que con 15 o 20 minutos diarios es más que suficiente para aportar al cuerpo el sol necesario para un correcto funcionamiento de las funciones vitales. Esto quiere decir que, en general, abusamos de él, habitualmente por descuido o por la búsqueda de ese tono dorado tan atractivo dentro de nuestros cánones de belleza, pero que no deja de ser un mecanismo de defensa de la piel ante la incidencia de los rayos solares.
Las radiaciones UVA y UVB, juegan un papel básico en el envejecimiento cutáneo por el fotoenvejecimiento, ya que dañan el ADN celular, degradando las fibras de colágeno y elastina, entre otros daños. Si bien parte de esas radiaciones solares son absorbidos por los melanocitos, produciendo el famoso bronceado, otra parte penetra a nivel más profundo en la piel, produciendo radicales libres oxigenados, causantes de las manchas, quemaduras, inflamaciones en la piel. No podemos olvidar los rayos infrarrojos, igualmente perjudiciales para la piel aunque no se hable tanto de ellos.
Cuando la exposición al sol es excesiva, los melanocitos no pueden producir toda la melanina necesaria para activar el mecanismo de defensa y, al sufrir la agresión, empiezan a producir melanina de forma anormal, dando lugar a las terribles manchas que pueden aparecer en la piel hasta tres meses después de la exposición solar según la profundidad del daño.
La edad es importante para la aparición de las manchas por exposición solar. Concretamente, durante la infancia somos mucho más vulnerables dado que la piel es más fina y frágil; aparte los melanocitos no han madurado aún y son edades donde aún no se tiene conciencia de las consecuencias de la exposición y además se pasa en general mucho tiempo al aire libre.
Existen como hemos visto en alguna ocasión muchos tipos distintos de manchas, pero en el caso de las manchas solares podemos dividir en dos grandes grupos, según los expertos.
Manchas oscuras
Son manchas de hiperpigmentación causadas por el exceso de melanina y pueden aparecer en distintas zonas como frente, labio superior, pómulos, manos o escote, entre otros.
Se puede decir que suelen aparecer en zonas con mayor exposición al sol, poco protegidas, además de aparecer en aquellas zonas más sensibles de la piel como allí donde ha habido una herida, zonas que se depilan con cera, etc.
Las causas por las que aparece son de lo más variadas y se deben:
- Exceso de sol en la piel que produce alteraciones en la melanina
- No utilizar factores de protección cuando la piel se expone a los rayos solares
- Tomar el sol con cosméticos que contengan pigmentos
- Exponerse al sol después de una depilación, un tratamiento con ácidos, etc.
- Piel deshidratada o intoxicada
- Factores hormonales o algunos medicamentos como el uso de anticonceptivos orales
A la hora de tratar manchas oscuras, se debe eliminar el exceso de células muertas del estrato córneo e intentar regular la producción de melanina, controlando también (incluso evitando) la exposición solar para controlar la aparición de manchas en la piel.
Manchas claras
Al contrario que en el caso anterior son manchas de hipopigmentación, es decir, se produce una falta de melanina, lo cual da lugar a la mancha clara. Si bien es cierto que este tipo de manchas solares son menos comunes que las oscuras, también pueden aparecer en distintas zonas del cuerpo por diversas causas como:
- Problemas metabólicos como los hepato-biliares
- Problemas hormonales como una alteración tiroidea
- Causas Genéticas como el vitíligo, etc.