Zapatos; el complemento clave
Si lanzásemos la pregunta al aire sobre cuál es el complemento clave cada una diría una cosa: el bolso, el reloj, los pendientes, etc. Sin embargo, yo lo tengo claro: Mis Zapatos. El calzado ha sido parte fundamental para proteger los pies desde la antigüedad y durante siglos han sido símbolo de distintas clases o grupos sociales. Son básicos en nuestra rutina y es el único complemento que realmente es necesario para la vida.
En esa misma dirección de protección sobre una parte vulnerable de nuestro cuerpo, el calzado es un complemento en el que merece la pena invertir dentro de los complementos. Pensemos que cambian la postura del cuerpo y pueden afectar a nuestra salud si deforman la postura, especialmente en el caso de zapatos de tacón donde elevamos nuestra altura unos centímetros cambiando toda la fisonomía a la hora de caminar.
Por otro lado, diversos estudios han demostrado que los zapatos dicen mucho sobre nuestra personalidad y las personas de nuestro entorno nos perciben en torno a ellos, valorándonos inconscientemente. Por ejemplo, es habitual asociar a las personas con calzado muy llamativo o con formas extrañas con personas extrovertidas o bastante abiertas, mientras que unos zapatos sobrios siempre darán aspecto de seriedad.
Un estudio publicado en el Journal of Research in Personality en el 2012 llegó a la conclusión de que cerca del 90% de la personalidad puede ser intuida por la elección del calzado tras un estudio con 200 voluntarios. De hecho, llegaron a la conclusión de que la gente puede detectar características de una persona con un 45% de exactitud al comparar las primeras impresiones con la realidad, especialmente en aspectos como la edad, el sexo o el nivel de ingresos.
Siguiendo el ejemplo anterior, se concluyó que esas personas con un calzado muy llamativo solían tener relaciones personales menos profundas con los demás y a las que no les importa llamar la atención, llegando a disfrutar de ella. Además llegaron a una conclusión aplastante: cuanto menos llamativos y más sobrios son los zapatos que elige una persona de forma habitual más propensa será a la ansiedad.
Del mismo modo, el nivel de cuidado y limpieza de los zapatos refleja detalles sobre nuestro nivel de organización y perfección, aunque determinó que unos zapatos usados, pero siempre en perfecto estado también pueden se signo de personas con cierto nivel de represión o tendencia a la ansiedad. En realidad, si nos paramos a pensarlo un segundo tiene bastante lógica.
Recuerdo leer otro estudio, francés en este caso, donde se hablaba de la percepción de los hombres hacia las mujeres en base a su calzado donde se concluía que los zapatos de tacón alto muestran una mujer más estilizada y sensual, con mayor seguridad en sí misma y poder, una percepción que muchas veces es real en la mujer que los lleva. Esto produce que el entorno se relacione con la mujer de un modo diferente, con mayor tendencia a la interacción, desde una ayuda en medio de la calle a acercarse para una conversación en un bar.
Los zapatos sin tacón detonan interés por la comodidad y lo práctico, mientras que un pequeño tacón da un toque de formalidad. Cuanto más aumentan los centímetros del tacón, se incrementa el interés por la estética y la moda, hasta llegar a una connotación sexual en el caso de los tacones más altos.