De incendios y su prevención
El fuego es un elemento que ha impulsado la humanidad desde su descubrimiento, pero también puede convertirse en una condena si no se toman las precauciones adecuadas. No considero importante hablar de sus devastadoras consecuencias cuando se descontrola porque todas lo hemos visto en algún momento de nuestra vida (aunque sea por televisión), por lo que hoy nos centraremos en descubrir cómo se produce y qué podemos hacer para mantener el fuego a raya, evitando males mayores.
¿Cómo se produce el fuego?
El fuego es producto básicamente de una reacción química, una manifestación de la energía que se puede producir en ciertas reacciones químicas, concretamente en la conocida como combustión.
Muchos expertos nos hablan del Triángulo del Fuego que no es más que una forma sencilla de explicar cómo se produce esta consecuencia. De forma muy resumida, se sabe que para que se inicie un fuego es necesario que se den 3 elementos: un combustible que pueda arder, un comburente como el oxígeno que desencadena la reacción y una circunstancia concreta que desencadena la reacción, habitualmente el calor.
En realidad, cuando el combustible se caliente suele desprender gases o vapores que combinados con el aire suelen ser los verdaderos causantes del fuego en un fenómeno conocido como pirólisis porque son los primeros elementos que arden y, de hecho, el fuego se mantiene porque el calor produce la descomposición del material combustible que, por tanto, continúa desprendiendo gases que se inflaman y siguen ardiendo gracias al calor.
En base a cómo sea esa reacción nos encontraremos con distintos tipos de fuego como como la típica combustión que todas tenemos en mente o incluso el fuego que se inicia por una detonación, es decir, esa llama que se propaga más rápido que el propio sonido.
Los mayores peligros del fuego
Aunque nos parezca que el fuego y el calor en sí son lo más peligroso, hay muchos elementos que pueden ser fatales para la vida cuando se desencadena un fuego. Un buen ejemplo es el humo que se produce durante la combustión o los gases tóxicos que se desprenden.
En el caso del humo no debemos olvidar que lleva vapor y partículas sólidas, por lo que se dificulta la visibilidad. Por su parte, los gases tóxicos dependen del material que arda, pero en general son muy perjudiciales.
Seguro que en este sentido has escuchado hablar de monóxido de carbono que impide que el oxígeno sea transportado por las células causando asfixia o el gas anhídrico carbónico que estimula el ritmo de la respiración pudiendo causar mareos al haber menos oxígeno en el ambiente debido a la combustión.
Por ello, los profesionales de la prevención de riesgos laborales siempre hacen hincapié que ante un fuego es mejor caminar agachado cubriendo con un trapo la nariz y la boca para intentar controlar los efectos de estos elementos.
Prevención de incendios
Para prevenir un incendio es importante tener en cuenta el entorno para limitar todos los factores de riesgo que sean posible. Por ejemplo, el orden y la limpieza evitan la acumulación de pollo que puedan hacer cortos en un enchufe o que algún papel traspapelado acabe por arder cerca de un cenicero. En el 80-90% de los casos no te va a pasar nada, pero solo te hace falta que ocurra una vez para quedarte sin nada
Sobra comentar que la precaución y el control es importante por lo que se deben controlar las fuentes de calor y combustión. Por ejemplo, si te parece lógico no utilizar cerillas en una gasolinera, mejor evita recostarte para fumar cuando estés muy cansada o si estás cocinando procura tener controlada los alimentos, nada de irte de casa mientras se lleva a cabo una cocción larga, por ejemplo.
Los expertos recomiendan también que los productos y cosas inflamables que tengas se mantengan guardados de forma adecuada y por separado, de forma que se reduzca el riesgo ante una posible combustión. De hecho, se recomienda no acumular trastos ni productos inflamables en los típicos huecos muertos como esquinas o rincones para disminuir el riesgo de incendio.
Si sales de casa es conveniente apagar los aparatos o ladrones que no sean necesarios para evitar riesgos y, del mismo modo, se recomienda no sobrecargar enchufes para evitar fallos de energía que puedan provocar incendios.