Cómo identificar rápidamente cada tipo de piel
El cuidado de la piel es una de las necesidades básicas de la sociedad moderna y, para ello, es importante identificar nuestro tipo de piel con un diagnóstico profesional adecuado. No obstante, conocer como persona individual nuestro tipo de piel, así como sus afecciones, es fundamental para utilizar activos adecuados que nos ayuden a tratar las necesidades y afecciones concretas de la piel.
Si bien existen desde el siglo XIX 3 tipos de pieles básicas, cada día se aprecia más esa corriente que se centra en causas y consecuencias para tratar de forma efectiva según el tipo real de piel; con toda su complejidad incluida.
Te ayudamos a diferencias los principales tipos de piel para su adecuada base de tratamiento.
Tipos básicos de pieles
El tipo de piel clásico: seca, combinada (mixta) o grasa solo se refiere a la cantidad de lípidos que se encuentran en la piel. Así, todas las pieles pueden padecer deshidratación, pero las diferencias reales son:
- Piel grasa: piel con exceso de lípidos en la capa hidrolipídica de la piel. Posee muchas consecuencias derivadas como la piel asfixiada que se ve mate porque el sebo queda retenido en el interior de la piel y no permite la oxigenación o los clásicos brotes de acné. Normalmente se identifica porque suele poseer lo poros dilatados que dan lugar a muchos puntos negros. Además, tiene un aspecto con brillos (que no luminosidad) y su textura suele ser irregular. — Leer más sobre piel grasa
- Piel seca: piel con menos lípidos de nos necesarios. Suele asociarse con pieles más sensibles a las rojeces porque su barrera natural de protección se ve alterada; por ejemplo al estar más tensa, fina y frágil se suelen dar casos de descamación e irritación. Este tipo de piel suele, además, ser más propensa a otras afecciones asociadas como las líneas de expresión. Se caracteriza por tener poca elasticidad (con falta de flexibilidad) y tirantez, con un tacto es áspero. — Leer más sobre piel seca
- Piel normal: se trata de una piel donde hay un equilibrio en la barrera hidrolipídica natural con un balance entre el sebo y la humectación. Por ello, es una piel suave de tono uniforme si se cuida adecuadamente. Habitualmente no tiene demasiados poros dilatados y es una piel que soporta bien las inclemencias del clima gracias a su equilibrio que, al final, se traduce en una barrera de la piel resistente y equilibrada. — Leer más sobre el diagnóstico de la piel
- Piel combinada o mixta: en este caso, la piel muestra signos diferentes según la zona, combinando zonas de piel grasa (especialmente en la famosa zona T del rostro) y otras más secas (como en el caso de las mejillas). Como en el caso de la piel grasa, suele mostrarse con un aspecto brillante. — Leer más sobre qué limpiador elegir para cada tipo de piel
Cómo identificar la piel grasa
Como hemos comentado, la piel grasa suele tener exceso de brillos y poros dilatados. Suele ser un tipo de piel donde, con el paso de la edad, se desarrollan líneas de expresión y arrugas menos profundas que con otro tipo de piel, pero suele padecer marcas y cicatrices de os brotes acneicos pasados.
Además, la piel grasa se caracteriza por tener una tendencia hacia la aparición de impurezas que se pueden infectar dando lugar a brotes de acné. Por eso, es importante cuidarla con productos que ayuden a controlar la actividad microbiana (con higienes profundas regulares) sin descuidar la hidratación, ya que a veces se confunde la piel grasa con una piel que ya tiene hidratación y nada más lejos de la realidad.
Cómo identificar la piel seca y sensible
La piel seca se caracteriza por tener un aspecto menos elástico y flexible que da lugar a tirantez, rojez y/o picor. Incluso pueden darse episodios de descamación y otras afecciones asociadas como la rosácea o la cuperosis donde se presenta, además, inflamación.
Suele irritarse mucho ante factores externos y su condición de falta de lípidos hace que tienda a deshidratarse con mayor facilidad al haber mayor pérdida de agua trans-epidérmica. Por eso, a menudo se confunde la piel seca con la piel sensible; ya que en la mayoría de los casos van asociados.
La piel sensible se daña con facilidad por factores externos como el estrés, el cambio de clima o la acción UV solar; por eso suele presentar rojez, tirantez, inflamación o picor (entre otros síntomas). Requiere cuidados especiales que le aporten alivio y confort, mientras refuerzan su barrera de protección natural para protegerla de los daños externos.
Cómo identificar la piel normal
La piel normal es esa piel equilibrada sin exceso de brillos que se muestra tersa y uniforme a poco que demos cuidados de protección e hidratación; también suele poseer una buena elasticidad. Habitualmente, tiene un tono de piel rosado (teniendo en cuenta si la piel es rosada, oliva, caramelo, etc.), debido a que se da una buena circulación por el rostro.
Hay que tener en cuenta que tener una piel normal no implica descuidar la piel, ya que los signos de la edad y del envejecimiento prematuro se dan en cualquier tipo de piel y son inevitables al ser un reflejo de lo que hemos vivido (como en el caso de las manchas solares).
Cómo identificar la piel combinada o mixta
La piel mixta combina distintos tipos de piel por zonas, por lo que para identificarla lo mejor es prestar atención al detalle; especialmente teniendo en cuenta que en España es uno de los tipos de piel más comunes.
Presenta un aspecto con brillos, especialmente en la frente, nariz y barbilla (zona T); donde, además, suele ensuciarse el poro con más facilidad. La zona de las mejillas tiende a bailar a caballo entre una piel normal y seca; por lo que pueden llegar a aparecer rojeces en estas zonas en momentos de adversidad climatológica o con un alto nivel de agresión en general.
Cómo identificar la piel falta de hidratación
La piel con falta de hidratación, sea del tipo que sea, suele tender a sentirse más tirante (de ahí que a menudo se confunda con síntomas de piel seca).
Un buen truco para saber si la piel está deshidratada es aplastar y pellizcar suavemente distintas zonas del rostro para ver el tipo de surcos que se crean. La piel seca se identifica porque se forman plieges finos en la piel que bien te pueden recordar a los terrones de tierra apelmazada en la playa, con múltiples líneas en lugar de moverse la piel como un tejido uniforme.