A fondo: conociendo las causas del envejecimiento de la piel
En la sociedad moderna, parece haber una obsesión constante por luchar contra el envejecimiento, pero la realidad es que muchas personas no llegan a entender cómo afecta a la piel, así como cuándo y cómo se produce para tomar las medidas de prevención adecuadas. El proceso de envejecimiento de la piel no se puede parar, es un proceso natural que va intrínseco a la vida, pero sí podemos retrasar sus efecto o tratar sus síntomas para prolongar la juventud del rostro.
En el proceso de envejecimiento fisiológico natural se producen c ambios en los diferentes estratos cutáneos, al igual que a nivel muscular y óseo, por lo que, a pesar de estar acostumbradas a asociar el envejecimiento con las arrugas, hay un sinfín de procesos que tienen lugar en el cuerpo y que arrancan con el acortamiento de los telómeros. Hoy repasamos cómo evolucionan estos cambios según la genética y hábitos de cada ser humano, ya que el envejecimiento se ve afectado incluso por nuestro entorno, como los factores ambientales, los malos hábitos alimenticios, la vida sedentaria o vicios no demasiado saludables como el tabaquismo o el consumo de alcohol.
Como consecuencia de estos cambios irán apareciendo una serie de signos externos, flacidez, arrugas, piel más gruesa, poros dilatados… Este proceso se puede frenar pero nunca evitar, como comentábamos al principio. Existen, como hemos comentado, una serie de factores que aceleran el proceso de envejecimiento de la piel, donde se pueden destacar los algunos puntos o factores a evitar para lograr frenar el proceso.
El sol es, muy posiblemente, uno de los mayores generadores de radicales libres para el cuerpo humano por la capacidad de oxidación que produce sobre los tejidos. Depende mucho de la dosis de exposición, la hora, el uso de protectores, la zona donde nos encontremos, etc. Bastan entre 10 y 20 minutos al día para que el cuerpo se beneficie de las propiedades positivas del sol, todo lo demás es un exceso que acelera el proceso de envejecimiento generando imperfecciones como arrugas o manchas.
También es importante controlar esos hábitos tóxicos que nos acompañan en el día a día; se trata de todas esas sustancias que generan elementos nocivos en el organismo como el mencionado Tabaco o Alcohol, al igual que el consumo excesivo de Café o la falta de sueño.
Es importante controlar los procesos que producen una vasoconstricción, no solo controlando esas sustancias dañinas como el tabaco o el café, sino también alteraciones como la ansiedad o la tensión. Básicamente, la vasoconstricción impide una buena nutrición de los tejidos, potenciando su degradación.
Otro factor que se puede considerar causante del envejecimiento son, como seguramente sepas, los radicales libres. Los radicales libres se producen en el organismo como consecuencia de reacciones internas a agresiones externas. El organismo tiene mecanismos para compensar y eliminar estos radicales, pero con el paso del tiempo disminuye la capacidad de eliminarlos con la degradación celular.
También algunas enfermedades o medicamentos reducen la capacidad de reparación del organismo, haciendo que se acelere el proceso de envejecimiento de la piel.
Los malos hábitos alimenticios son otro de los factores que aceleran el envejecimiento de la piel por lo que una dieta no saludable, pobre en vitaminas, proteínas o agua, por ejemplo, unido a un consumo excesivo de grasas saturadas o azucares refinados, entre otros, desencadenarán en un mal funcionamiento del organismo con un deterioro más rápido.
De igual modo, las dietas demasiado drásticas, además de terminar habitualmente en un efecto rebote nada beneficioso, generan también unos cambios bruscos en el metabolismo que al final colaboran en la degradación celular.