Especial frío: cuida tu piel en invierno
El frío afecta de forma diferente a cada tipo de piel. Tenemos que tener en cuenta que a lo largo de la vida, la piel no se mantiene igual, sus características evolucionan y varían según la edad y el estilo de vida. Por lo tanto, los cuidados deben realizarse conforme a la edad, la zona y geográfica de residencia y el tipo de piel.
Hoy, repasamos todos los detalles que debes tener en cuenta para mantener tu piel perfecta durante este invierno, así como los cuidados específicos en base a tu tipo de piel para que no se te escape ningún detalle.
Cuidados generales para la piel en invierno
Evitar la sequedad o el envejecimiento prematuro de la piel por las agresiones de esta época serán un elemento fundamental a la hora de proteger la piel durante la época más fría del año.
Protección contra los elementos
Aunque los rayos solares hayan disminuido se debe continuar utilizando protector solar para proteger la piel, especialmente cuando acudimos a lugares donde el reflejo de la luz puede quemar rápidamente tu piel como cuando acudimos a una estación de esquí.
Sigue una rutina de limpieza diaria con agua tibia para mantener la piel en perfecto estado, libre de restos de polución, maquillaje o sudor que puedan obstruir tus poros con suciedad. Utiliza contorno de ojos, es una de las zonas que sufre mayor exposición a las agresiones del frío y el viento. Las gafas de sol pueden ayudarte a proteger esta zona.
De igual modo, no olvides proteger del frío, el viento y, en general, de la adversidad, tus manos con unos guantes y combate la pérdida de calor con un gorro y una bufanda adecuados.
Lleva una alimentación lo más sana posible, con abundancia de verduras y zumos. Las vitaminas, especialmente la Vitamina C, va a ser básica para mantener la piel joven durante el frío, por lo que, este invierno, incluye en tu dieta alimentos como la naranja, el limón, la manzana o verduras naranjas como la zanahoria o la calabaza cuyas propiedades te ayudarán a mantenerte perfecta este invierno.
Una cuestión de hidratación
En la superficie cutánea se encuentra una estructura formada por lípidos, agua, y ácidos grasos superficiales que nos protegen de la pérdida del agua. Esta estructura se ve modificada ligeramente en invierno ya que el viento frío evapora el agua de nuestra piel con mayor rapidez y por consiguiente, desaparece la hidratación natural de la piel.
Por tanto, el primer cuidado imprescindible en invierno es cuidar la hidratación de la piel ingiriendo la cantidad adecuada de agua y aplicando cremas hidratantes que no descuiden la hidratación de la piel y que potencien la barrera de defensa natural.
También es interesante utilizar maquillajes nutritivos e hidratantes para controlar la desecación de la piel. En las duchas, es mejor aplicar una ducha de agua algo más templada y un masaje con un aceite hidratante que podemos calentar un poco con las manos a la par que nutrimos.
Cuidados específicos contra el frío según el tipo de piel
La condición particular de la piel es importante a la hora de cuidar adecuadamente nuestra salud y nuestra piel durante el invierno. A continuación repasamos algunos consejos de cuidados específicos para los principales tipos de piel:
Cuidados específicos contra el frío para Piel Seca
La piel seca es más fina que las pieles grasas, por lo que son mucho más sensible al frío y a los cambios de temperatura bruscos que otro tipos de piel. En los meses de frío, tienen la piel más seca y apagada porque se retrasa el ciclo de renovación celular y se acumulan más células muertas, que impiden la correcta lubricación de la epidermis.
La piel seca necesita protegerse mucho más, por lo que cremas más densas, como las que incluyen manteca de karité, te ayudarán a mantener tu piel hidratada y protegida. La textura de la crema ideal dependerá también del tipo de piel y de si se padece alguna afección de base.
Cuidados específicos contra el frío para Piel grasa y mixta o combinada
Como ya habrás deducido, los lípidos naturales que tiene la piel grasa y la piel mixta son una protección natural para la piel durante los meses más fríos del año. Por eso, suelen sufrir menos problemas que otros tipos de piel, aunque no se debe descuidar la protección y controlar el exceso de sebo, manteniendo la piel protegida. En general, el fluido será mejor para las pieles mixtas o grasas.
Mantener una higiene diaria y exfoliaciones semanales, ayudarán a mantener los poros limpios y evitar la acumulación de células muertas y bacterias que producen brotes acnéicos.
Cuidados específicos contra el frío para Pieles sensibles
Las pieles sensibles tienen que tener mucho cuidado a la hora de elegir productos cosméticos, especialmente en invierno. Problemas como la sequedad, el aumento de las rojeces y la aparición de grietas e irritaciones, son más frecuentes en este tipo de piel que en los casos anteriores. La limpieza y la hidratación son imprescindibles.
Para evitar el incremento de la rojez, deberíamos mantener la piel de la cara lo más fresca posible, para lo cual puedes utilizar aguas termanles o productos especializados para este tipo de pieles y de afecciones de piel sensible concretas como la rosácea.
Cuidados específicos contra el frío para Pieles con Rosácea
Las pieles con rosácea va a ser especialmente sensible al frío. Si ya de por sí se provoca enrojecimiento de zonas como las mejillas, la barbilla o la nariz, los cambios bruscos de temperatura van a empeorar este estado.
Si tenemos en cuenta que el frío aumentará la sequedad de la piel y, al entrar en los sitios conectados a la calefacción, se va a provocar vasodilatación en la piel, se dará lugar a un círculo vicioso que provocará más rojeces.
De igual modo, Las comidas excesivamente calientes van a empeorar la situación de las pieles sensibles, especialmente las afectadas con rosácea.
Cuidados específicos contra el frío para Pieles con Psoriasis
Por su parte, dentro de que es imprescindible proteger la piel de las agresiones externas que sufrimos durante el día, en el caso de la psoriasis su empeoramiento está relacionado con la falta de exposición a los rayos ultravioletas del sol, que tienen una acción benéfica en la enfermedad. Por eso no hay que privarse totalmente de él en esta época del año.