Aprendiendo más sobre el Smart peeling en casa
El peeling es un tratamiento facial que permite limpiar en profundidad la piel, eliminado células muertas y residuos incrustados en la piel como los restos de maquillaje. Permite observar resultados al instante ofreciendo, en general, un aspecto más radiante de la piel y preparándola para mejorar la penetración de los activos aplicados tras el mismo de forma que se potencia la actividad de los activos con los que se infunda la piel.
El peeling es un tratamiento versátil que puede aplicarse en cualquier tipo de piel, utilizando unos u otros activos y concentraciones distintas según las necesidades de cada persona. En este sentido recordemos que existen peelings químicos y enzimáticos (ver detalles de cada uno aquí).
Por ejemplo, ahora que estamos en verano debes saber que en el periodo post-vacacional ciertos peelings pueden ayudar a eliminar o reducir las señales de la exposición prolongada al sol, no solo por la exfoliación de las células muertas, sino por el poder de regeneración que tienen algunos de los activos que se utilizan en los tratamientos de peeling.
Smart Peeling, un concepto de peeling no agresivo
El Smart peeling es un concepto muy utilizado en la actualidad para referirse a un método de exfoliación cutánea más suave y efectiva que los tradicionales de forma que permite recuperar la firmeza y tersura de la cara sin ser demasiado agresivo con la piel y sin efectos secundarios.
Es muy interesante para evitar irritaciones o quemaduras tras el peeling y permite adaptarse a las necesidades de la piel. Así, por ejemplo, el Smart peeling se adapta perfectamente a la zona T, el área más delicada del rostro a excepción de cuello y escote; recordemos que en esta área el peeling habitualmente tiene sensaciones intensificadas tanto de picor, como molestia o, incluso, mayor descamación según qué peeling se aplique y la condición de la piel.
Habitualmente, los Smart peelings se han popularizado para uso en casa por esa suavidad característica del tratamiento, aunque la mayor parte de centros de belleza profesionales llevan años incluyéndolos entre sus servicios para ofrecer mejor experiencia de usuario al cliente, gracias a que los grandes avances en formulación han permitido crear peelings profesionales de alta eficacia y efectividad reduciendo la abrasión y los efectos secundarios en la piel.
Aplicando el peeling en casa
Si tienes un peeling para aplicar en domicilio debes estar tranquila, los activos suelen ser menores que los tratamientos de cabina de forma que siguiendo las instrucciones es difícil tener efectos secundarios a menos que no sea un producto adecuado para nuestra piel como en el caso de alergias o hipersensibilidad.
A la hora de aplicarlo es interesante seguir las recomendaciones profesionales, comenzando con el pómulo derecho desde el lateral y mandíbula derecha, siguiendo con el pómulo izquierdo desde el lateral y mandíbula izquierda, para pasar a la frente hasta el cuero cabello, seguidos de mentón, labio superior y, por último, nariz. En última instancia, si la reacción al peeling es buena podemos aplicarlo en cuello y escote si el producto lo permite.
Como norma general, se debe comprobar que se aplica una capa muy fina y uniforme con una perfecta higiene para asegurar resultados positivos y uniformes en el rostro, controlando los tiempos de exposición para evitar generar un daño a la piel, ya hablemos de peeling químico (más agresivo con la piel) o enzimático (más suave, recomendado en pieles con sensibilidad).
Así, el peelings químico será más adecuado para obtener una piel más joven y radiante en poco tiempo; sobre todo en casos de piel mate, apagada, citrina o asfixiada. Por su parte, se suele utilizar el peeling enzimático en pieles sensibles, más oscuras o incluso acneicas. De hecho, está especialmente indicado para personas sensibles a los ácidos.
Las pieles y zonas más sensibles para el peeling
Si hablamos de tipo de piel, el peeling provocará más reacción especialmente en casos de piel grasa, seborreica y acneica, por lo que el Smart peeling suele ser una buena opción para estos casos. Obviamente, tampoco es conveniente aplicar cualquier tipo de peeling en piel sensible si queremos evitar quemaduras y rojeces en exceso.
En cuanto a las zonas del rostro, como hemos comentado, el cuello y el escote son zonas delicadas debido a que la piel de la zona es fina y el flujo sanguino y linfático es más alto, provocando que se caliente y se enrojezca con mayor facilidad. Recuerda evitar el contorno de ojos a menos que el peeling especifique que se puede utilizar en ellos (habitualmente los que se pueden utilizar en ojos son químicos).
Después de esta área, podemos aplicarlo en cuello y escote si el producto lo admite o, incluso, una segunda capa según el tipo de producto. Lo mejor es consultar con el profesional cómo y dónde aplicarlo para evitar problemas en estas zonas tan sensibles (entiéndase que por profesional hablamos de un profesional de la piel, no de un dependiente o incluso un farmacéutico; ante la duda no lo apliques).
Tras aplicar el peeling, sea del tipo que sea, debemos hacer hincapié en el uso de una crema con SPF para proteger la piel (por ejemplo, una rojez se puede convertir en mancha, especialmente en el caso de pieles con un tono más oscuro).