Aceites y aromaterapia, un plus de bienestar
La aromaterapia es una práctica que se basa en las propiedades de los aceites para aportar beneficios a la piel gracias a su absorción por vía cutánea y al estímulo olfativo que producen. Si bien no se considera una ciencia, existen numerosos estudios que permiten conocer las propiedades y combinaciones más adecuadas para cada tratamiento.
La aromaterapia tiene grandes efectos terapéuticos, tanto de tratamiento como de prevención, para lograr el bienestar del organismo a nivel externo e interno. En general, podemos decir que son sustancias altamente concentradas que provienen de destilaciones de flores, plantas, raíces, semillas o, incluso, maderas nobles.
Al ser absorbidas por la piel por vía cutánea pasan directamente a la circulación de forma que su efecto es profundo, apoyado por la absorción por vía respiratoria gracias a los intensos aromas de los aceites.
Las escuelas de aromaterapia
Curiosamente, a pesar de que entendamos la aromaterapia como parte de la cultura oriental, de las 3 casas que existen de aromaterapia la más antigua surgió en España cuando aún éramos terreno andalusí. Por supuesto, esta cultura se perdió con la llegada de la inquisición y los remedios “caseros” fueron dando paso a medicamentos con la venta en las recién creadas farmacias de aquellos tiempos.
Después, se crearía la escuela francesa ya a principios del siglo XX que sería quienes acuñarían el término aromaterapia. Esta escuela se crearía de forma fortuita cuando el químico y cosmetólogo Gattefossé se quemó la mano y utilizó aceite esencial para notar un rápido alivio del dolor. A raíz de esto, comenzó a experimentar con las propiedades de los aceites y los empezó a aplicar en distintas terapias con sus pacientes.
Por último, en torno a los años 70 nacería la escuela inglesa que se centraría mucho más en los masajes a la hora de aplicar los aceites y ungüentos con propiedades beneficiosas para el cuerpo.
A pesar de que muchas terapias combinan aceites esenciales distintos para tratar distintas afecciones es importante conocer la sinergia de activos para controlar en todo momento el resultado. Por ejemplo, sabemos que muchas veces se mezcla lavanda con limón o naranja, pero, mi consejo personal, es que si quieres mezclar vayas directamente a buscar preparados de aceites esenciales que ya traen las combinaciones seguras hechas; los encontrarás como PAE en los herbolarios.
Tipos de aceite para un óptimo resultado
La calidad de los aceites son importantes para conseguir una buena concentración de propiedades. Ten en cuenta que cuanto más puro sea un aceite mayores propiedades contendrá.
Es importante diferenciar entre aceites vegetales y aceites esenciales porque los aceites vegetales se extraen de semillas y tratan la piel de forma superficial, de forma que la cantidad de producto no será crítica a la hora de aplicarlo. Sin embargo, el aceite esencial posee una concentración molecular más alta y sí penetran en capas profundas de la piel hasta llegar al torrente sanguíneo, por lo que es muy importante utilizar las dosis adecuadas para no poner en peligro la seguridad.
Por eso, normalmente, para los masajes se combinan aceites vegetales con aceites esenciales para aportar propiedades sin peligro de pasarse en la dosis. Habitualmente, el vegetal que más se suele utilizar es el aceite de almendra que es nutritivo, pero también podemos utilizar el de avellana con propiedades reafirmantes o el de germen de trigo que es oxigenante en base a lo que necesitemos tratar.
Lo ideal es contactar con un profesional para que te oriente respecto a lo que necesitas realmente en base a tu caso particular. Así, por ejemplo, para un masaje se suele utilizar en torno a un 3% de aceite esencial y un 97% de aceite vegetal. En el caso de un masaje solo facial, el porcentaje disminuiría y la proporción sería 99% aceite base y un 1% de aceites esenciales.
Del mismo modo, para unas envolturas bastaría con utilizar entre 7-10 gotas de aceite esencial para disfrutar de sus beneficios. En el caso de inhalaciones de vapor, estaríamos hablando de unas 5 gotas de aceite esencial, mientras que en un baño relajante harían falta de 10 a 15 gotas.