Nuestra sociedad y los valores sexuales
Los valores sexuales en la sociedad actual son tan variados que han convertido a un tema tabú en un reto de la educación del siglo XXI. Las libertades se incrementan, el acceso a los contenidos se facilitan y llega la naturalización de la sexualidad. Sin embargo, se hace más importante que nunca ser consecuentes y realizar un ejercicio de responsabilidad. Hasta ahí todo bien, pero ahora lanzo la pregunta incómoda: ¿Cuál de todas es la opción correcta? ¿Qué y cómo hacemos para que la sexualidad y los valores se desarrollen como parte natural del desarrollo de personalidad de cada persona? ¿Qué es lo natural? Creo que el respeto es el primer elemento que debemos incluir en la lista.
Muchas veces, buscamos formas de intentar integrar la sexualidad en la sociedad ideando nuevas fórmulas que no generen el rechazo tradicional a ciertos términos. Por ejemplo, tradicionalmente como kinesiólogas se conocían y así consta en la RAE, «persona experta en kinesiología», ofreciendo terapias de masaje profesional principalmente. Pregunta ahora qué es y descubrirás que se le otorga un sentido más relacionado con con un masaje con final feliz que otra cosa, especialmente las kinesiólogas en Lima se han hecho muy populares.
¿Es un eufemismo, un término políticamente correcto, o estamos ante una nueva acepción relacionada con un tipo de servicio diferente? Desde luego es mucho más sutil y recupera un término en desuso, así como la pantalla que cubría la vela por las noches tiempo atrás se convirtió en la pantalla del ordenador o del televisor por su similitud a la hora de dejar pasar la luz. No obstante, no podemos dejar de lado a los críticos que apuntan hacia una mercantilización y cualquier cosa que pueda ser mercantilizado pasa por el mercado para ser ofertado y comprado, lo cual hace imprescindible un buen lavado de cara con una buena campaña de márketing. Con esto quiero decir que la comunicación es otra parte fundamental a la hora de generar valores sexuales en la sociedad.
A la sociedad le interesa su sexualidad, sentirse cómodos y seguros, pero cada uno representa una cosa diferente. No en vano, vemos el éxito de sagas que se acercan a distintos modos de sexualidad como las novelas eróticas de la autora británica E. L. James («Cincuenta sombras de Grey», etc.) o la cada vez más frecuente explotación de esos valores sexuales en cualquier sitio al que miremos (publicidad, cine, internet, etc.). Respetarse a uno mismo y respetar a los demás es fundamental para una integración entre distintas formas de pensar que permitan el enriquecimiento mutuo en lugar de envenenarse mutuamente o terminar por pisotearse mutuamente.
Creo que otro de los valores que deberíamos tener siempre en este sentido es la seguridad y creo que el consenso será bastante alto en este punto. Protegerse y proteger a los demás, las consecuencias de no hacerlo son infinitas: enfermedades como el sida, embarazos no deseados, etc. Una buena educación en este sentido puede ahorrar muchos problemas, especialmente a las personas más jóvenes que aún tienen todo el mundo por descubrir si lo desean (esa es otra, la naturalidad implica no forzarlo de ningún modo).
Es un tema delicado y complicado que debemos resolver si queremos sentirnos cómodos con nuestra sexualidad y la de los demás. ¿Qué valores incluirías en la lista?