De depilación vaginal e íntima y empoderamiento femenino
¿Alguna vez te has preguntado desde cuándo y por qué nos depilamos? Hoy en día sabemos que la primera crema depilatoria íntima apareció en el Antiguo Egipto y competía con navajas de sílex como método de depilación preferido. Las modas respecto a la depilación han ido variando a medida que evolucionaba la sociedad y en el caso de la depilación íntima femenina, es fácil observar cómo han evolucionado las tendencias.
Hoy en día el debate está en el aire y parece que la vuelta del vello en el pubis está a la vuelta de la esquina. Desde la depilación de bikini con cera que hoy consideramos clásica, al láser para erradicar el vello de forma definitiva, las modas y el pensamiento femenino han evolucionado de la mano. Sin embargo, debemos remontarnos más atrás en este debate para entender que la depilación púbica femenina siempre ha estado ahí en mayor o menor grado, incluso en momentos en los que nos pensamos que no.
Pioneros de la depilación púbica
Como hemos comentado, del Antiguo Egipto datan los primeros datos sobre depilaciones con ceras que casi podemos llamar ungüentos y que por mucho que se dulcifique con que estaban hechos de azúcar y frutas, debes sabe que había muchas combinaciones depilatorias, incluso aquellas que incluían sangre o animales.
Por ejemplo, se sabe que Cleopatra, una mujer que nadie puede decir que fuese falta de fuerza y poder, y su corte eran amantes de la eliminación del vello como signo de pureza. Dentro de la depilación vaginal e íntima destaca el método de la época romana con hilo o la brutalidad de las piedras pómez con cera de las clases más pudientes en el caso de los griegos.
De nuevo, se trataba de evocar la pureza y la inocencia. Me parece muy importante destacar que los hombres también se depilaban sus zonas íntimas en estos periodos, de forma que no podemos asociar la depilación a una conducta de género o inferioridad, sino a tendencia estética general.
El supuesto alto en el camino de la depilación púbica
La depilación del pubis ha estado casi siempre presente con mayor o menor intensidad, incluso en la Edad Media, cuando el pubis peludo era la máxima tendencia, encontramos muchos casos donde se perfilaban los pelos como en el caso de la nobleza para controlar el aspecto del cabello púbico o, incluso, rasuraban la zona púbica para luego colocar una peluca. Así lo descubrió la Oxford Companion to the Body datando la primera peluca púbica conocida en la década de 1450.
En la práctica, las mujeres se afeitaban el vello púbico para su higiene personal y combatir parásitos no deseados como los piojos que después serían cubiertos por la peluca que se conoce como merkin, aunque hoy tenga un uso más festivo-decorativo. También se sabe que en la Edad Media, las trabajadoras sexuales utilizaban esta técnica también para ocultar signos de algunas enfermedades, como la sífilis.
Por tanto, el vello púbico en esta época era pura tendencia y poco tenía que ver con el empoderamiento femenino. De hecho, las mujeres que probablemente más poder tenían, sí eliminaban cierta parte del vello o completamente para cubrirlas con los merkin.
¿Depilación sí o depilación no? Un secreto a voces en la Edad Moderna
No hay demasiados datos sobre la depilación vaginal e íntima de las mujeres de la Edad Moderna, pero si nos aproximamos al arte podemos observar cómo el vello púbico ha tenido debate entre las mujeres. En general, debido a la influencia clásica, está muy disimulado o incluso erradicado en muchas obras de arte de la época, pero, especialmente al final de la edad moderna encontramos otras donde el vello tiene mucho mayor protagonismo.
Dejamos en este sentido un ejemplo muy español, «La Maja Desnuda» de Goya, una obra datada entre 1790 y 1800 y donde se aprecia claramente menor cantidad de vello de lo que sería habitual en una mujer de su edad, lo que indica que la depilación vaginal e íntima se asociaba a la belleza y la estética de la mujer y ya no tanto a excusas de pureza.
Sin embargo, luego nos encontramos con obras como «El origen del mundo» de Gustave Courbet en 1866 (no dejo la foto porque es demasiado explícito) que fue un auténtico escándalo en la sociedad de la época y que pretendía servir como punto de inflexión y transgresión respecto al romanticismo y neoclasicismo, como símbolo de ruptura con las costumbres y estéticas de la época que buscaba reflejar una realidad mucho más cruda.
Por tanto, no fue hasta este punto donde la depilación de la zona íntima femenina comenzó a representar un empoderamiento que no iba orientado hacia el empoderamiento femenino, sino al cambio de mentalidad en la sociedad, donde, una vez más, el símbolo de la mujer tuvo mucho más que ver de lo que es el aspecto estético.
Edad Contemporánea; el vello, una decisión de la mujer
Como hemos visto, durante cientos de año la mujer ha cuidado el vello de su zona pública y ha recurrido a la depilación vaginal e íntima con distintas técnicas (cuchillas, ceras, hilos, pinzas, etc.) para embellecer su zona púbica. Sin embargo, la Edad Contemporánea quiso marcar su propia época y durante estos años hemos visto grandes vaivenes de tendencias en lo que a depilación íntima se refiere.
Al principio costó, pero el cambio en el siglo XXI ha sido claro y la mujer ha utilizado el vello íntimo como forma de expresión de su feminidad creando distintas tendencias, desde depilar la zona del bikini, al rasurado brasileño o la depilación total. Muchos asocian esto a la evolución de la industria del porno, pero la realidad es que el porno no es sino una forma de expresión más de la edad moderna.
Si bien la depilación íntima femenina de la época actual se ha asociado a modas, ahora hay mucha más variedad de estilos que se adaptan a los gustos de cada mujer, potenciando el individualismo y desde mi punto de vista, el verdadero empoderamiento femenino que pasa porque la mujer piense y actúe por sí misma en base a sus gustos y necesidades.