Buenos hábitos para combatir el calor fuera de casa
Durante el verano no siempre es posible refugiarse del sol infernal, especialmente durante nuestra rutina diaria en la que nos exponemos a los rayos constantemente con las pertinentes consecuencias, desde las más sencillas como deshidratación o elevación de la temperatura corporal, así como consecuencias visualmente más llamativas como hiperpigmentación o quemaduras causadas por el sol.
Sea por evitar las consecuencias más graves y brutales de la exposición solar, como si simplemente queremos combatir las terribles olas de calor que nos azotan en verano, vamos con unos consejos para evitar el golpe de calor y refrescarnos cuando estamos fuera de casa y no tenemos más remedio que exponernos a las altas temperaturas que pueden llegar a causar golpes de calor muy peligrosos para la salud humana, especialmente en el caso de las personas mayores, más allá de la típica sensación de sofoco y cansancio que nos deja esta época del año.
Bebe más y un poco más, pero que sea agua
Siempre que hablamos de cuidado del cuerpo empezamos por lo mismo: bebe, bebe dos litros de agua y mas si es necesario para compensar la evaporación que tendrá lugar en tu cuerpo esta temporada para regular la temperatura del cuerpo.
Es importante evitar bebidas muy frías o muy calientes, especialmente aquellas con cafeína o con azúcar. También dejar al margen el alcohol, ya que aumenta la temperatura corporal y las pérdidas de líquido.
Cuida también tu alimentación
Durante el verano debes elegir alimentos rcos en agua para mantener tu cuerpo hidratado; por suerte hay frutas muy ricas como la sandía que te permiten mantener la figura a la vez que cuidan la hidratación. Sin embargo, para refrescarte durante el periodo estival no te olvides de las ensaladas, aparte de ser muy saludables ayudan a mantener el cuerpo fresco.
No consumas carne ni alimentos con muchas proteínas durante el calor del día, ya que estos pueden aumentar la producción de calor metabólico, lo que puede aumentar la pérdida de agua.
Cuidado con el ejercicio, voluntario e involuntario
Durante las horas de mayor calor, no se deben realizar actividades físicas intensas, mucho menos en ambientes calurosos o expuestos al sol, concretamente en horarios entre la media mañana y la tarde.
De este modo, piensa que si llegas tarde al autobús o te das una carrera imprevista el golpe de calor que sufras será mucho mayor si encima no estás acostumbrado, así que antes de que te tiemblen las piernas procura evitar estas situaciones. Al final se trata de evitar exaltarse, la tensión, incluso la generada por una discusión genera calor, así que evita esas circunstancias.
Busca los lugares frescos
Parece una obviedad, pero muchas veces por pereza o falta de tiempo nos olvidamos de ir pendiente de nuestro entorno cuando vamos por la calle. Procura buscar las sombras, si vas a parar un rato intenta que sea en una puerta de una tienda con aire acondicionado o incluso para en ella; también puede ser útil que calcules las zonas verdes como parques con fuentes que serán más frescas a la hora de andar por la calle, incluso en los momentos de máxima temperatura.
Incluso puedes aprovechar para mojarte ciertos puntos como la nuca o las muñecas cuando pases cerca de una fuente si tu rutina te lo permite para ir más fresca; notarás mucho la diferencia y, de hecho, hay quien lleva un pulverizador con agua en el bolso durante esta época para refrescarse constantemente cuando se exponen a las altas temperaturas.
Cuida lo que te pones
Llevar ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros te ayudarán a que tu cuerpo no retenga tanto calor, los colores claros repelen el calor, mientras que las prendas oscuras, especialmente el negro, dan mucho más calor cuando se llevan puestas. Por tanto, si te vas a encontrar expuesta al calor en las horas de máxima temperatura, procura elegir colores y tejidos adecuados. En este sentido, evita los tejidos sintéticos y opta por el algodón, el lino o la gasa vaporosa.
Actualmente, existen prendas, como sombreros o chalecos, que te ayudarán también a mantener el calor a raya o, al menos, a disimular sus consecuencias, incluso hay accesorios específicos para verano con tejidos de tipo gel que retienen el frío al mojarse, especialmente en prendas deportivas profesionales.
Duchar de agua fría
La regulación de la temperatura corporal que se activan con el consumo de bebidas casi congeladas lo hacen igualmente cuando nos damos una ducha fría. El choque térmico del agua fría sobre nuestro cuerpo nos produce una sensación instantánea de frío, reactivará el organismo y el gasto energético provocará que sintamos más rápido el calor tras la ducha que si la tomamos con agua templada.
Sin embargo, las duchas de agua fresca serán muy afectivas si necsitas salir a la calle en las hora s de máximas temperaturas, incluso puedes dejar tu cabello húmedo para prolongar la sensación de frescor una vez salida de la ducha.
Como comentábamos, durante esta época también se suda más por lo que incrementar el número de duchas siempre es buena opción de higiene, eso sí, no te pases con los productos químicos para no estropear tu propio Ph.
El decálogo del Ministerio de Sanidad
En este punto parece interesante mencionar el decálogo que por estas fechas del año pasado nos hacía llegar el Ministerios de Sanidad para asegurarse de que controlábamos las sofocantes olas de calor. ¿Lo recuerdas?
- Beba agua o líquidos con frecuencia, aunque no sienta sed y con independencia de la actividad física que realice.
- No abuse de las bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya que pueden hacer perder más líquido corporal.
- Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, preste especial atención a bebés y niños pequeños, mayores y personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la deshidratación, como las patologías cardíacas.
- Permanezca el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrésquese cada vez que lo necesite.
- Procure reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas más calurosas (de 12.00 a 17.00).
- Use ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
- Nunca deje a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a niños, ancianos o enfermos crónicos).
- Consulte a su médico ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
- Mantenga sus medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.
- Haga comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).