#ActivosCosmeticos El Diamante en el cuidado de la piel
La mineralocosmética o la Gemoterapia emplean los beneficios de los minerales y los metales para el cuidado de la piel y la mente. Dentro de los activos que hemos visto incorporar en las distintas firmas cosméticas de prestigio, se ha podido observar un incremento del diamante en polvo como fórmula cosmética.
En realidad, se trata de un componente que se ha utilizado hace siglos en el mundo de la belleza porque la dureza del diamante permite arrastrar la suciedad y las células muertas de las capas más superficiales de la piel.
De hecho, algunos expertos creen que el diamante podría haber sido uno de los secretos de belleza de la reina egipicia Nerfertiti aunque son unos datos que no hemos podido cotejar con hechos.
¿Qué es el Diamante como activo cosmético?
El diamante es un alótropo del carbono, un metal precioso cristalizado que acompaña al hombre desde hace muchos siglos en muchos aspectos de su vida, gracias a su dureza (que lo ha hecho apto para muchas herramientas) y su belleza (convirtiéndolo también una pieza de joyería).
Cabe recordar que el diamante es el mineral más duro que existe, por lo que, una vez convertido en polvo micronizado y donde cuenta con una alta proporción de carbono, se convierte en una herramienta práctica para tratar la belleza de la piel.
De hecho, se sabe que el diamante interaccionan con las glándulas endocrinas y el sistema linfático de forma que aporta vitalidad y luz a la piel.
Más allá de la ciencia y el mundo empírico, el diamante es un compuesto de energía pura asociado dentro de la cultura popular a la sanación y el equilibrio energético, asociándole funciones curativas.
Propiedades y usos del Diamante
Seguro que cuando piensas en un uso del diamante en el sector de la cosmética, te haya venido a la mente la microdermoabrasión que habitualmente se realiza con punta de diamante para conseguir revitalizar y reducir los signos del envejecimiento prematuro en la piel.
No obstante dentro de la cosmética, el Polvo de Diamante sirve para mucho más; especialmente a medida que se desarrollan nuevos avances en innovación cosmética. El diamante también se encuentra tradicionalmente en muchos exfoliantes precisamente por esa capacidad de arrastrar la suciedad que comentábamos al principio del texto actuando como peeling mecánico.
Además, al estimular la microcirculación y potenciar la cicatrización, es un buen aliando en el caso de cremas y serums destinados a suavizar la piel, unificar la textura e iluminar el rostro.