#ActivosCosmeticos: Vitamina C, clave de juventud, ideal para manchas
La Vitamina C es una clave de junventud de la que estamos muy acostumbradas a escuchar hablar, no solo por lo bien que viene en las épocas más frías del año para mantener un buen estado de salud. En cosmética se trata de un ingrediente clave, ya que este principio activo interviene en la formación del colágeno, imprescindible para mantener la piel firme, con buena elasticidad y sin líneas de expresión. No en vano, son conocidas sus propiedades para tratar las marcas por su alta capacidad de cicatrización.
Además, el interés por la vitamina C, también conocido como ácido ascórbico, en cosmética se debe también a su capacidad para detener el daño de los radicales libres inducidos por los rayos ultravioleta y para regenerar la vitamina E, otro potente antioxidante del que hablaremos en profundidad en otra ocasión y que; de hecho, combinado con la Vitamina C es una de las sinergias más utilizadas en los últimos años para combatir las manchas en la piel.
Por tanto, la vitamina C es también muy recomendable para tratar las pieles fotoenvejecidas y con machas, especialmente en el caso de las pieles que están expuestas constantemente al sol ya que previene la hiperpigmentación, además de reducir las manchas que ya han aparecido (por no hablar de la buena luminosidad que suele aportar la Vitamina C al rostro).
Nuestro cuerpo necesita vitamina C. Es imprescindible para diferentes procesos: hidrata, tiene efecto antiinflamatorio, ayuda al sistema inmune como hemos comentado, etc. pero el organismo no la produce ni la almacena, por lo que se hace necesario mantener unos buenos niveles en nuestro organismo a diario.
Entonces surge una pregunta clave: ¿si reviento a comer frutas con Vitamina C no me harán falta productos con este activo? La respuesta no es tan sencilla. Cuando la vitamina C se consume por vía oral, el organismo absorbe la necesaria en el momento de la ingesta, eliminando el resto si considera que no lo necesita; sin embargo, lo que el cuerpo considera que necesita no siempre se corresponde con lo que la piel requiere para retrasar el envejecimiento, por lo que cuanto más madura sea la piel, más necesario se hará complementar nuestra rutina de belleza con cremas ricas en Vitamina C.
Ten en cuenta que la exposición a los rayos solares, el humo del tabaco o la contaminación ambiental influyen en la pérdida de contenido de vitamina C, principalmente en las capas superiores de la piel, de modo que no es de extrañar que la piel requiera un aporte extra a lo largo del día.
Por ello, si este es el problema que deseas cubrir te recomiendo que gastes lo que sea necesario en encontrar productos donde el porcentaje de este activo sea lo más alto posible, ya que obtendrás mejores resultados y el problema de muchas cremas es que llevan un porcentaje tan sumamente bajo que no merece ni la pena, ya que si cantidad de Vitamina C es baja, no podrá intervenir en la generación de colágeno, perdiendo parte de sus beneficios para la piel.
Para que tengas una referencia la concentración de vitamina C habitual en cosméticos suele estar en torno a un 4% en peso (es decir, 2 g de ácido ascórbico por cada 100 mg de crema), mientras que algún estudio cosmético refleja que una concentración del 10% llega a inhibir la producción de melanina, dando lugar a un efecto de aclarado de la piel. En cualquier caso, para obtener luminosidad o actuar como antioxidante, una formulación al 5% sería suficiente.
Como recomendación personal si quieres usar un tratamiento de choque con ampollas o serums concentrado de Vitamina C, lo mejor es utilizarlas por la noche, ya que, como hemos dicho, reduce sus niveles bajo la radiación solar.