¿Por qué utilizar tónico facial?
El tónico facial es un elemento básico dentro de la rutina de belleza que a menudo olvidamos. En ocasiones por desconocimiento y otras por mera pereza, el tónico es minusvalorado a diario durante la limpieza facial; especialmente tras la aparición de geles y aguas micelares que utilizan como reclamo comercial la no necesidad de aplicar a posteriori este producto (aunque es altamente recomendable aplicarlo incluso tras estos).
Los tónicos son productos cosméticos de textura acuosa con formulaciones de lo más diversas en base al tipo de piel y afección al que va dirigido. Una gran mayoría utilizan alcohol dentro de su composición para potenciar la capacidad astringente, pero cada día surgen más fórmulas sin alcohol y con interesantes activos hidratantes y reparadores.
¿Para qué sirve el tónico?
El tónico facial pone punto y final a la rutina de limpieza. Eso quiere decir que, además de ser el último arma ante la suciedad sobre la piel, es un paso que permite equilibrar la piel y retirar cualquier resto de los productos de limpieza.
Así, habitualmente los tónicos tienen una capacidad calmante y actúan para reestablecer el pH de la piel, con distintas cualidades en base al tipo de piel para el que estén diseñados (hidratación, control del sebo para piel grasa, etc.). Esta cualidad permite que la aplicación del tónico aporte frescor a la piel del rostro y revitalizando su luminosidad.
Además, el tónico aplicado sobre el rostro también posee una capacidad astringente de forma que ayuda a mantener los poros minimizados. Por otro lado, al cerrar la fase de limpieza de la piel, también tiene la capacidad de mejorar la absorción de los productos que se apliquen a continuación (como los activos del serum y la crema facial).
Al equilibrar la piel, también permite mejorar su elasticidad, de forma que contribuye a mantener la firmeza de forma preventiva cuando se aplica de forma adecuada. Además, en la actualidad existen tónicos con propiedades muy interesantes gracias a los avances en investigación y desarrollo, como aquellos con vitamina B3 para reactivar la microcirculación.
¿Cómo se aplica el tónico facial?
En primer lugar, debemos entender que el tónico facial debe aplicarse comprimiendo ligeramente sobre la piel para potenciar esa capacidad astringente. Como regla general, debe aplicarse en el rostro, cuello y escote tras la limpieza facial con un disco de algodón; evitando el contorno de los ojos a menos que sea un tónico facial donde se especifique que puede utilizarse sobre estas áreas.
Dentro de los movimientos suaves que utilicemos para aplicarlo sobre el rostro, debemos siempre buscar el sentido ascendente para potenciar esa capacidad para reafirmar o, al menos, mantener la firmeza y la elasticidad.
Además, existen algunos trucos, como introducir los algodones humedecidos en tónico en el congelador unos minutos para aplicarlos sobre la piel y potenciar la contracción de la piel; algo especialmente en el caso de bolsas en el caso de los tónicos sin alcohol diseñados también para aplicarse sobre el contorno de ojos.