Cómo elegir la rutina de limpieza semanal
Además de la limpieza diaria que acompaña a nuestro cuidado facial diurno y nocturno, es conveniente aplicar algunos cosméticos que nos permitan aportar un delicado impuso de belleza. Realizar exfoliaciones regulares, así como aplicar mascarillas que ayuden a tratar las afecciones de la piel, serán un punto clave de tu rutina de belleza.
Sin embargo, la gran variedad de opciones que encontramos en el mercado puede hacer que nos perdamos un poco a a hora de elegir nuestra rutina semanal de belleza. Sigue estos tips y conseguirás devolver tu piel a su mejor versión.
Cómo elegir el peeling o exfoliante
El peeling es un tratamiento de gran versatilidad que puede aplicarse en cualquier tipo de piel según el tipo, utilizando unos u otros activos y concentraciones distintas en base a las necesidades de cada persona. La exfoliación es una fase esencial que nos ayuda a eliminar las células muertas de la piel y dejar a las nuevas lucir radiantes.
Los objetivos principales del peeling son corregir, eliminar residuos acumulados; algunos de ellos son directamente tratantes para combatir imperfecciones. De ahí que tras su aplicación notemos la piel más suave, uniforme
Entonces… ¿Cómo elegir el peeling adecuado?. Principalmente, podemos diferenciar entre peelings químicos y enzimáticos.
Peeling Químico
Mejora y suaviza la textura de la piel del rostro. Se utiliza para tratar las arrugas y/o eliminar imperfecciones como manchas faciales o cicatrices, especialmente en el rostro donde tienen un efecto rejuvenecedor visualmente más impactante.
El peeling químico es una solución química que elimina las capas exteriores dañadas; por lo que tiene un interesante efecto a la hora de regenerar la piel tras periodos de alta exposición solar. Los más comunes son:
- Ácido alfa hidróxido: los alfahidroxiácidos o AHA se utilizan en distintas concentraciones. Los más comunes son los ácidos glicólico, láctico, málico, cítrico y tartárico.
- Ácido retinoico: Su uso está destinado a la renovación de las células y la disminución de las arrugas.
- Ácido salicílico: suele utilizarse en tratamientos de acné, pieles grasas y renovación de células, gracias a su efecto queratolítico y antibacteriano.
Peeling enzimático
El peeling enzimático es más suave, por lo que se puede utilizar en rutinas de casa para las pieles más sensibles. Se basa en el uso de enzimas vegetales capaces de penetrar en la piel, deshaciendo las uniones existentes entre las células muertas y haciendo que se desprendan sin dañar las células vivas.
Dejan el PH de la piel equilibrado, por lo que no tienen ningún tipo de efecto secundario y son útiles a la hora de limpiar los poros y evitar la formación de espinillas. Además, mejoran la textura y el tono, alivia la sequedad y reduce la apariencia escamosa de la piel. También aumentan la oxigenación y estimula el crecimiento de nuevas células.
Dentro de estos, destacan los exfoliantes mecánicos que incluyen microfibras, hojas de exfoliación adhesivas, exfoliantes elaborados con micro-perlas de plástico, papel crepe, hueso de chabacano molido o cáscara de almendras, albaricoque, cristales de azúcar o sal, piedra pómez, así como materiales abrasivos como esponjas, cepillos, esponja vegetal, etc.
Cómo elegir la mascarilla facial
A la hora de elegir la mascarilla facial, debemos tener en cuenta qué función deseamos cubrir con ella. Es posible que necesitemos tener más de una en casa para elegir las acciones según la necesidad del momento o la época del año.
Así, una piel seca deberá buscar mascarillas de efecto hidratante, nutritivo, redensificante o revitalizante, mientras que una piel grasa necesitará un efecto purificante, equilibrante, astringente o, incluso, con efecto exfoliante.
En general, estos son los tipos de mascarillas más comunes:
- Mascarillas en crema y gel. Las mascarillas más clásicas, se aplican sobre el rostro, se dejan secar y se retiran con agua para crear distintos efectos osmóticos en la piel en base a su formulación.
- Mascarillas de Arcilla. Con alto componente mineral, normalmente extraidos de la arcilla o el caolín, ayudan a eliminar impurezas y excesos de sebo, creando un efecto revitalizando y exfoliante.
- Mascarilla de Velo. Muy populares en los supermercados, son las mascarillas que llevan el activo impregnado en una celulosa que se adhiere a la piel; pueden ser muy variadas en cuanto a su acción.
- Mascarilla de Burbuja. Con una textura mousse, crean un burbujeo en la piel que incrementa la actividad de la mascarilla al estimular la piel y mejorar la penetración de activos.
- Mascarilla Exfoliante. Se trata de mascarillas que incluyen efecto exfoliante, por lo que pueden dejar rojeces en la piel; habitualmente deben aplicarse en círculos para potenciar el peeling.
- Mascarillas de Oro y Magnéticas. Estos dos tipos de mascarillas suelen aplicarse más en centros de belleza, ya que, por ejemplo, la segunda requiere un imán para retirar la mascarilla. Suelen ser mascarillas con un potente efecto antienvejecimiento.
- Mascarillas Peel off y mascarillas de alginatos. Se trata de mascarillas en gel o en polvo a base de algas, que, tras aplicarlas y dejarlas secar, se retira levantándola como si fuese una segunda piel. Suelen ser buenas para eliminar toxinas y restos de sebo, además de equilibrar en base a los activos con los que se formule. Además, las mascarillas de alginatos permiten redefinir el rostro.