#PrendasconHistoria De la minifalda a la revolución del icono femenino
En el especial mensual de Prendas con Historia, donde repasamos los orígenes y evolución de algunas de las prendas más icónicas que nos acompañan hoy en día, hablamos de la minifalda, esa gran compañera de la mujer que a día de hoy parece inseparable a la feminidad y que, sin duda, ha contando con tantos detractores como amantes a lo largo de los años.
La prenda, originalmente de 35 centímetros de largo, fue objeto de controversia desde su origen oficial en los años 60. Por una parte, fue el símbolo de liberación sexual femenina y, por otro, símbolo de pecado por su extrema sensualidad.
La polémica en torno a la miniflada
Varios diseñadores como Mary Quant, André Courrèges, John Bates o Jean Varon se han peleado por el título como creadores de la minifalda y no es para menos dada la gran fama mundial que ha adquirido desde su nacimiento en los años 60 del pasado siglo.
La minifalda nació en medio de una gran polémica que refleja un cambio de tiempo y pensamiento en la sociedad moderna. Hasta su invención oficial en 1962, las faldas solían llegar hasta las rodillas, pero este año cambiaría todo gracias a una portada de la prestigiosa revista Vogue con la primera minifalda, creada por Mary Quant, como protagonista. De ahí que su creación se achaque a esta diseñadora que fue, por su parte, un gran icono del mundo de la moda como vimos hace unos meses.
En aquellos años, las mujeres más jóvenes arrancaron una lucha para encontrar su espacio dentro de la sociedad, luchando por romper las normas y diferenciarse de las generaciones anteriores, encontrando en la minifalda una forma de expresión femenina, sensual y exclusiva de la mujer.
No obstante, la polémica no ha terminado hoy en día y seguimos viendo tantos amantes como detractores de ella, algo que no parece de mayor importancia hasta que nos fijamos en las fechas de las últimas polémicas. Por ejemplo, en 2009 una estudiante universitaria, Geysi Villa Nova Arruda, fue expulsada de una universidad de Sao Paulo por usar minifaldas más cortas de lo común por su actitud provocadora.
También ha sido utilizada por la política para hacer campañas y ganar adeptos. Bien conocidas son las palabras de 2011 de Evelio Plata Insunza en México quien aseguró que ante el incremento de embarazos prematuros, el mejor método anticonceptivo era alargar la falda o en última instancia prohibir las minifaldas. De hecho, en Indonesia en 2012 el presidente del Parlamento comunicó que prohibiría las minifaldas en el Parlamento al tratarse de una prenda inadecuada para ciertas esferas.
En España, la entrada de la minifalda también fue polémica y paulatina con un hito histórico en la moda del país y la minifalda ocurrido en 1968 cuando la cantante Massiel, lució un vestido minifalda para la final de Eurovisión donde obtuvimos el primer puesto y, por tanto, convirtiendo a la minifalda en la protagonista de todos los medios los días posteriores.
Antecedentes de la minifalda
Hace ya 3.000 años, encontramos ejemplos de lo que podrían haber sido los antecedentes de la minifalda con el hanfu, unas prendas tradicionales usadas por la cultura China de los Han para hombres y mujeres que combinaron una especie de minifalda con los shenyi, los precursores de los kimonos japoneses.
También en la provincia de Guizhou desde hace cuatro siglos las mujeres de la etnia Miao utilizan unas minifaldas elaboradas con tela estrecha y alargada, con broches en formato de joyas y abalorios. Por otro lado en Egipto, hace también ya unos cuatro siglos, tanto mujeres como hombres utilizaban una prenda similar a la minifalda.
En Europa durante los años 20 el largo de las faldas fue subiendo paulatinamente hasta la rodilla gracias a Jean Patou, el precursor de la ropa deportiva femenina, a menudo decoradas con largos flecos para disimular la reducción del largo.
Más adelante, debido a la situación política y la escasez, las faldas volvieron a alargarse hasta los años 60 cuando el mercado de la moda sufrió una revolución con la llegada de la minifalda con Julie Christie, Anita Pallenberg, Sylvie Vartan, Brigitte Bardot, Janis Joplin o Catherine Deneuve como representantes de la prenda en el mundo occidental.
La minifalda como tal no es, por tanto, una mera prenda, sino el símbolo de liberación femenina para las mujeres después de la década de la postguerra. De hecho, hay quien consiera que las faldas cortas inspiraron lemas de la época como el culto a la juventud, el rechazo a las prendas de etiqueta y la estética burguesa.
El nacimiento de la minifalda
La minifalda ha sido una de las piezas icónicas en la historia de la moda femenina y como tal, se considera un básico de fondo de armario, especialmente aquellas que buscan sentirse femeninas y libres, debido a las connotaciones políticas que tuvo la minifalda desde su origen.
A pesar de la lucha por atribuirse la creación de la prensa, la comunidad internacional está de acuerdo en que si se extendió como la pólvora fue gracias a la diseñadora diseñadora, Mary Quant, joven y más bien desconocida por aquella época, creada como inspiración tras ver a una bailarina vistiendo una prenda que dejaba ver sus largas piernas.
Así, el 10 de julio de 1964 la diseñadora presenta la prenda en un desfile y comienza a venderla en su boutique Bazaar de Londres. A pesar de la polémica y de luchas contra los tiempos (de hecho, en los 70 vemos cómo se vuelve a ganar un poco de largo en las faldas decido a la crisis), gracias al apoyo de grandes iconos como Bridgitte Bardot o Nancy Sinatra, incluso Jacqueline Kennedy en EE UU, la minifalda terminó por asentarse en la sociedad.