LAS IMPRESCINDIBLES DE VANS
En sus cinco décadas de existencia, Vans ha creado una historia propia relacionada con el skate, el surf y la música. Creada oficialmente en 1966 cuando los hermanos Paul y Jim Van Doren abandonaron Randy y montaron su propia empresa junto a Gordon Lee y Serge Delia.
Durante los 50, Randy era la tercera gran compañía productora de zapatillas, por detrás de Converse y United States Rubber Company (la actual Uniroyal) una empresa que utilizaba sus conocimientos en el desarrollo de neumáticos para crear zapatillas que vendía bajo el nombre Keds. En Randy, Paul y Jim Van Doren se enfrentaban a un modelo de negocio en el que el productor del calzado estaba muy lejos del vendedor final y en el que la mayor parte de los beneficios quedaban en manos de los intermediarios. Una marca que controlara todo el proceso sería más ágil a la hora de reaccionar a las exigencias del consumidor y funcionaría con un mayor margen de beneficio.
En Randy, los hermanos Van Doren descubrieron algo más. Una actividad de los jóvenes que para algunos era una moda pasajera y para otros era una nueva cultura, el skate. La primera zapatilla que se anunciaba como “diseñada para patinar” fue la Randy 720, aunque en realidad se trataba de un modelo muy parecido a los que la propia Randy había desarrollado para Duke Kahanamoku, un nadador olímpico hawaiano que es considerado el exportador del surf. La Randy 720 fue la zapatilla oficial del campeonato estadounidense de skateboard en 1965.
Jim y Paul crearon Van Doren Rubber Company rompiendo las barreras entre el productor y el consumidor final y sobre todo, con un estilo muy cercano al desarrollado por el surf y el skate en la California de los 60.
La primera ubicación de Vans (a unos kilómetros de Disneyland) era a la vez fábrica, almacén y tienda en la que se vendía principalmente un modelo al que llamaban #44, verdadera base sobre la que se diseñarían los grandes iconos de Vans. Curiosamente, el único momento en el que Vans intentó apartarse de los deportes de acción y crecer en otras actividades deportivas acabó en la bancarrota. En los ochenta sus zapatillas de running obtenían las mejores puntuaciones en las pruebas, pero los consumidores de Vans no llegaron a comprender el cambio de rumbo de la marca.
Sus clásicos se han mantenido como básicos que juegan con actualizaciones, pero que mantienen su papel de iconos. Seis siluetas históricas de Vans que funcionan cada temporada como clásicos a los que volver o como base para reinterpretar, adaptando a los nuevos tiempos. Estos son los clásicos de Vans que hay que conocer (y tener):
– #44. Con suela vulcanizada y realizada en lona, su éxito se basó en su sencillez y las opciones de personalización. En la factoría original en Anaheim podías llevar tus propios tejidos para tener un modelo único. Con el paso del tiempo la #44 adoptó un nuevo nombre, Authentic, manteniendo su estilo a la vez que se convertía en un lienzo en blanco para colaboraciones tan distintas como Peanuts, Supreme o Hello Kitty.
– La que hoy conocemos como Vans Era nació como #95, una actualización de la Authentic. Dos mitos del skate, Tony Alva y Stacy Peralta, pidieron a Vans algo más de soporte en el collarín para proteger el tobillo y costuras reforzadas para el uso sobre el patín. Por primera vez, una zapatilla de skate diseñada realmente por skaters y su sello era “Off The Wall”, una expresión que solían usar Alva y Peralta para referirse a algo que se sale de la norma.
– En 1977 llegó #36, Old Skool. Por primera vez Vans añadía la franja lateral, diseñada por el propio Paul Van Doren con la intención de diferenciar su marcar del resto de competidores. La llamada “jazz stripe” se situaba sobre paneles laterales realizados en piel para mayor durabilidad. Una de las zapatillas favoritas de James Jebbia, el fundador de Supreme.
– La Sk8 Hi (#38) llegó un año después, con un diseño inspirado en la Old Skool pero ampliando su caña para convertirla en una zapatilla con extra de protección en el tobillo. Precisamente por ello saltó del skate a otros deportes de acción. Durante su historia se ha aliado con Pendleton, Stüssy o Slayer.
– Slip-on. Inspirada en las zapatillas para deportes náuticos, Vans consiguió llevarla a los deportes de acción. Pero el verdadero sentido de la Slip-On llegó en 1982 gracias a su aparición en la película Fast Times at Ridgemont High (Aquel excitante curso), una comedia adolescente sin demasiadas pretensiones. En ella, un jovencísimo Sean Penn interpreta a Jeff Spicoli, un surfero de estilo relajado que usa Slip-On a cuadros. Desde ese momento, la Slip-On a cuadros ha quedado asociada con la imagen de Spicoli. Según cuenta Sean Penn, fue él personalmente quien compró la zapatilla en una tienda Vans de Santa Monica.
– Vans Half Cab. Steve Caballero fue el segundo skater en tener una zapatilla con su nombre despee´s de Natas Kaupas. La Vans Cab en 1989, un modelo con suela vulcanizada y anormalmente alta para proteger los tobillos. El propio Caballero descubrió que muchos de sus seguidores preferían modelos que dejaran más libertad para y solían cortar el collarín. La respuesta de Vans fue la Half Cab que trataba de hacer básicamente lo mismo que hacían los skaters seguidores de Steve Caballero.