Cómo elegir tu crema antiedad
Por mucho que intentemos evitarlo, los años van pasando y se refleja en nuestra piel. Podemos combatir la aparición de nuevos signos, pero ocultar los que ya han salido es más complicado de lo que parece. Se trata de un proceso natural, nuestra piel cambia y los síntomas se reflejan de forma distinta en base a nuestra genética y las agresiones sufridas por nuestro estilo de vida. Los síntomas más comunes son pieles donde vemos un aumento de su grosor, pérdida de la tersura, falta de uniformidad, poros dilatados, deshidratatción, falta de luminosidad o elasticidad, así como las temidas hiperpigmentaciones (manchas) y arrugas.
En el mercado encontramos gran cantidad de productos antiedad para combatir estos síntomas, así que tan importante como identificar los problemas que necesitas tratar, será que obtengas buena información sobre cada producto antes de lanzarte a por él. Puedes buscar reseña revitalift loreal si lo que quieres es encontrar referencias sobre un producto anti-arrugas y reafirmante, mientras que si tu problema es de sensibilidad como pieles con rosáceas lo mejor será una crema especializada en tratar ese problema antes de pasar a rellenar o redefinir.
Tu tipo de piel y tu edad, tanto la cronológica como la biológica, serán factores determinantes a la hora de elegir y acertar con la crema antiedad adecuada para ti. A partir de los 20-25 años la hidratación con elementos activos que protegen y rellenan es un cóctel necesario para prolongar la juventud y retardar el proceso de envejecimiento de la piel, especialmente a partir de los 30-35, cuando la piel comenzará a demandar productos más potentes.
Ahora, por ejemplo, está muy de moda el retinol para ese último tipo de pieles ya que estimula la regeneración celular y alisa las arrugas poco profundas, entre otros beneficios. Y si el retinol es eficaz para combatir las arrugas, el ácido hialurónico es altamente hidratante, por recomendar un activo para el primer grupo de edad para el que hablábamos, y el colágeno es un buen reafirmante cuando la tersura empieza a colear, habitualmente de forma visual a partir de los 40.
Más allá de las modas en cuanto a activos, una buena crema antiedad debe tener antioxidantes en su composición (vitaminas A o C), a la par que elementos que luchen contra los radicales libres, redensifiquen la piel y la reparen de los daños causados por la contaminación ambiental, radicales libres y las agresiones externas como el viento, los rayos solares o el frío, principales factores que aceleran el inevitable envejecimiento de la piel. En este sentido, la vitamina E es buena aliada, ya que tiene la capacidad de detener la acción de los radicales libres, evitando la oxidación de las células.
En cualquier caso, es clave leer las etiquetas, entenderlas e informarnos acerca de la actuación de los ingredientes y de la cantidad que incluyen, es decir, el porcentaje de concentración de los activos, ya que muchas veces nos la cuelan por ahí. Recuerda que los ingredientes se indican de mayor a menor en cuanto al porcentaje y que aquellos que se incluyan en menor cantidad del 1% ya no requieren guardar ese orden.
Habitualmente, recomiendo utilizar un sérum potente para aportar activos, mientras que las cremas las dejo más para proteger e hidratar la piel porque sus composiciones suelen ser más potentes y suelen tener funciones específicas mucho más definidas.