#AFONDO Sobre Eccema, tratamiento y prevención
El eccema, o eczema, es, muy resumidamente, una enfermedad inflamatoria de la piel provocada por un rechazo inmunológico de las células de Langerhans de la piel ante la aparición en el organismo de una sustancia extraña y provoca distintas afecciones como pueden ser la dermatitis o la seborrea. Por tanto, para hablar de esta enfermedad de la piel es importante conocer los entresijos que esconde para entender qué lo provoca y cómo se desarrolla de cara a encontrar soluciones reales para cada caso concreto.
Esta afección de la piel está caracterizada por generar rojeces debido a esa hinchazón que comentábamos, así como desagradables picores relacionados con la alteración de las funciones normales de la piel, pudiendo crear heridas o ampollas, según la gravedad del caso y del tratamiento seguido por la persona que lo padece.
El eczema se asocia, por tanto, a las agresiones externas, aunque también hay factores internos que descubriremos a lo largo del post. Entre las agresiones externas más comunes encontramos la exposición a ciertos gases, al propio polvo o, incluso, a los vapores a los que nos vemos sometidas con el día a día y, en cuanto a los internos, quizás las alergias sean de las enfermedades más asociadas con la aparición de eccemas, pero no son ni las únicas ni las más comunes. ¿Sabías que los problemas respiratorios como la renitis también potencian su aparición? De hecho, es una causa directamente relacionada por la inflación que provocan los problemas en las vías respiratorias.
Lo cierto es que no existe una fórmula universal para detectar las causas exactas que lo provocan, pero se sabe que hay un factor genético importante, unido a una alteración del sistema inmune que desajusta la función de barrera protectora de la piel. Hoy en día, se sabe que los cambios de humedad, temperatura y el estrés también potencian su aparición.
También hay algunos componentes que se han relacionado directamente con la aparición de los eccemas como el níquel (bisutería), el cromo (cuero, cemento).
Podemos encontrar distintos tipos de eccemas que es interesante conocer porque están directamente relacionados con algunos tipos de dermatitis:
- Atópico: se caracteriza por placas de costras rojas causados por la piel inflamada con constante comezón. Existen más características asociadas a lo que se conoce como dermatitis atópica que se asocia con estos eccemas, pero nos centraremos en lo básico para aprender a diferenciarlos de modo sencillo.
- Seborreico: los eccemas relacionados con la dermatitis seborreica, una enfermedad inflamatoria común de la piel, se caracteriza por causar lesiones de tipo escamoso. Generalmente se dan en el cuero cabelludo y el rostro.
- De contacto: los eccemas asociados a la dermatitis de contacto se producen cuando la superficie de la piel entra en contacto con una sustancia que se origina fuera del cuerpo como su propio nombre indica. Algunas veces estas agresiones externas se relacionan con una respuesta o reacción inmunológica, dando lugar a lo que se conoce como dermatitis de contacto alérgica.
- Neurodermatitis: es un tipo de eccema que se produce por un picor en la piel que causa la necesidad de rascarse, alterando la piel y llegando a producir los eccemas.
El eccema es una afección de la piel que preocupa mucho a los españoles, ya en 2016 se declaró como una de las 10 afecciones más buscadas en internet y su interés se incrementa a medida que asciende el número de casos. Hay que entender la confusión que existe respecto al concepto porque el término eccema se empleó desde el origen de la palabra (hay escritos desde el siglo I que hacen referencia al término) y hasta hace no demasiado para designar cualquier erupción cutánea, mientras que hoy en día, como comentábamos al principio, se define básicamente como una lesión inflamatoria en la piel.
De hecho, está considerada como una enfermedad común, se estima que cerca de un 40% de la población posee eccemas en algún momento de su vida, aunque el porcentaje desciende a un 12% aproximadamente en el caso de las personas que lo padecen de forma más regular. Por otro lado, parece ser una afección que afecta más a las mujeres que a los hombres, al igual que se da en mayor medida en las pieles más jóvenes que las más maduras. Por tanto, como es lógico los bebés, especialmente las niñas, son quienes más padecen eccemas, aunque suele remitir su frecuencia a partir de los 3 años.
Los tratamientos para el eczema son variados según el grado de la afección, su frecuencia y su origen. A menudo se trata con medicamentos, cremas para la piel, terapia de luz y un buen cuidado de la piel que ayude a reequilibrar la barrera protectora y mejore la hidratación para ayudar a la piel a reforzar sus mecanismos de defensa manteniendo los niveles adecuados de humedad que, de no controlarse, pueden provocar sequedad, tirantez y, al final, irritación e inflamación. Cuando se conoce el origen de la enfermedad es más sencillo tratarla, evitando los componentes que lo provocan como revisar los ingredientes de los productos cosméticos para evitar alérgenos.