Trucos para refrescar el hogar sin aire acondicionado
El calor está llegando, pero aún le queda para terminar por asfixiarnos. Cuando los termómetros suben y las temperaturas se elevan, nuestro cuerpo sufre debido al calor; el aire acondicionado, en muchas ocasiones, será un enemigo para el asma y cualquier afección pulmonar, para la garganta y los resfriados, asimismo no debemos pensar solo en él como único medio para mantener a raya esas temperaturas.
Hoy repasamos algunos trucos caseros te servirán para mantener la casa fresca y a la vez reducir la factura de la luz:
Ventilación natural
Para mejorar la temperatura de las habitaciones debemos ventilar para mantener la salobridad y dejar salir el aire viciado. Durante la mañana es el mejor momento para hacerlo ya que la luz del sol es débil y aún no aporta demasiado calor.
Cierra las cortinas y baja las persianas durante el día, sobre todo en las horas más cálidas. Si en tu terraza tienes toldo, por ejemplo, puedes bajarlo por la mañana para evitar la entrada directa del sol y recogerlos por la noche cuando bajen un poco las temperaturas para dejar correr el aire.
Por la noche, cuando empiece a refrescar, abre puertas y ventanas para airear la casa. Utiliza un sistema de ventilación cruzada, abriendo ventanas opuestas para que corra la mayor cantidad de corriente posible, y así regenerar el aire en el interior de la vivienda.
Plantas para refrescar
La vegetación aporta frescura, ¿cuántas veces has pasado por un parque frondoso y has notado un abajada radical de la temperatura? No es casualidad que en zonas calurosas las plantas y las flores sean una constante para mantener espacios más o menos frescos, así que no te olvides de su importancia e incluye algunas plantas a tu hogar u oficina.
Las hojas, cuanto más verdes y más grandes sean mejor. El Aloe Vera o el Bambú son algunas de las plantas con mejor fama a la hora de soportar los cambios de temperatura y de aportar un toque fresco a la casa.
Puntos de agua, vías de escape de calor
Del mismo modo, crear espacios de agua con fuentes o recipientes que permitan evaporar agua perfumada no solo refrescará el ambiente sino que eliminará la sensación de sequedad del verano permitiéndote mantener mejores niveles de humedad en casa, lo notarás no solo en tu cuerpo, también en la piel.
Espacios amplios
Mantener las habitaciones poco recargadas puede ayudarte a mantener controlado el calor. Fomentar la percepción de amplitud te ayudará a evitar atmósferas cargantes en esta época calurosa. En verano, deshacerse de todo aquello que no cumpla una función determinada te permitirá crear ambientes más espaciosos, dándole un aire ligero y desahogado a las estancias de tu hogar.
Mobiliario preparado para el calor
Probablemente no tengas pensado renovar todos los muebles de tu casa con cada cambio de temporada, pero es interesante comentar que siempre hay opciones buenas para mantener el calor a raya sin necesidad de instalar aire acondicionado en tu hogar o los suelos radiantes de frío tan de moda en nuestros días.
Como el uso de ventiladores y, en general, cualquier aparato eléctrico que utilices para enfriar tu casa va a suponer un gasto de consumo, unas buenas cortinas que te ayuden a aislar del calor te vendrán de miedo para controlar el gasto durante las horas de mayor calor durante el día.
Elige bien los tejidos
Del mismo modo, evita utilizar tejidos pesados y opacos; no permitirán el paso de la luz y atraerán aún más el calor. Los mejores en este sentido para combatir el calor serán el algodón, el lino o la gasa. También es interesante retirar las alfombras y cambiar las fibras sintéticas por vegetales durante esta época del año.
Cuestión de colores
Los colores de tonalidades claras evitarán acumular tanto calor como los colores más oscuros, por lo que es interesante que si has decidido pintar las paredes de tu casa o renovar el mobiliario tengas en cuenta que sean de colores claros para combatir el calor en verano, especialmente si tu casa es más calurosa que la de tus vecinos como pasa, por ejemplo, si tiene orientación sur.
El blanco, beige o crudo son tonalidades perfectas para la decoración de verano de tu hogar, ya que proporcionarán una sensación de relajación, limpieza y frescura.
Corta las fuentes de calor innecesarias
Todos los aparatos eléctricos que tenemos en casa generan calor, por ello, es importante mantenerlos completamente apagados (no en standby) cuando no estén en uso. Las bombillas de bajo consumo y las luces LED desprenden menos calor que las incandescentes además de tener un menor consumo energético que te permitirá reducir la factura de electricidad.
Por ejemplo, intenta no poner la lavadora ni el lavavajillas en las horas más cálidas del día. Es mejor esperar a que anochezca, estos dos electrodomésticos generan humedad en el ambiente, lo que implica una sensación térmica más elevada, pero por la noche son perfectos para refrescar el ambiente.