Trucos para combatir el frío
Protegerse del frío es importante para mantener un buen estado de salud, evitando resfriados, piel reseca u otros malestares generales. En ocasiones, no podemos evitar exponernos a temperaturas gélidas, por lo que tener a mano estos pequeños consejos puede ayudarte a protegerte de sus efectos más devastadores para poder disfrutar de toda su belleza.
Evita estar quieta y aprovecha el entorno
Si tienes que estar expuesto a las bajas temperaturas o a climas adversos es importante evitar mantenerse quieto durante mucho tiempo para ayudar a combatir el calor con el propio movimiento del cuerpo y el consumo de energía.
También es importante echar un vistazo a tu alrededor para optimizar los recursos que te da el entorno. Por ejemplo, si hay un rayo de luz, utilízalo y aprovecha los beneficios del sol para calentarte, entre otros beneficios.
Del mismo modo, si hay un techado ponte bajo él para reducir la sensación de frío y busca resguardarte de las ráfagas de viento para no reducir más la sensación de la temperatura térmica.
Utiliza varias capas
Vestirse con distintas ayuda a mantener el calor y permite regular la temperatura según sea necesario en una época en la que nos exponemos a constantes cambios bruscos de temperatura.
Debemos intentar evitar sudar porque al enfriarse sobre la ropa potenciará la sensación de frío. Un buen truco para evitar parecer un muñeco de navidad es utilizar prendas térmicas interiores que te permitirán mantener el calor de forma efectiva y permitiendo transpirar al cuerpo.
Tejidos a evitar en invierno
El tejido vaquero es un tejido frío por lo que no será el que más calor te de en invierno. Por su parte, el algodón absorbe la humedad más rápido que otros tejidos pudiendo crear sensaciones de humedad.
En general, aparte de las prendas etiquetadas directamente como térmicas, las prendas de nylon o poliéster serán las más efectivas para bloquear el frío y mantener el cuerpo seco.
Comida frente al frío
La comida, fría o caliente, aporta energía para combatir el frío generando calor corporal al metabolizar el alimento. La temperatura de la comida a la hora de la ingesta tiene poca relevancia a la hora de añadir calor a nuestro organismo. No obstante, la sensación de tomar algo caliente, siempre ayuda a combatir los momentos más frfíos.
Es importante mantener las defensas fuertes con una dieta equilibrada y rica en ciertosalimentos como vitamina B (cereales, verduras, frutas…) para potenciar el sistema inmunológico. En general, las vitaminas y los minerales serán muy importantes, especialmente alimentos ricos en vitamina C (naranjas), antioxidantes (uvas), aceites esenciales (frutos secos) y carotenos (zanahorias).
Los expertos recomiendan sustituir el azúcar por miel, por su capacidad antibacteriana, así como incluir un yogur diario para aportar probióticos al organismo de forma que se potencien las defensas naturales.
Protegerse de la adversidad
En invierno debemos protegernos de las agresiones externas aparte de las bajas temperaturas como el sol o el viento. En concreto, el viento incrementa la sensación de frío, por lo que protegerse de las ráfagas de viento mejorará la sensación térmica.
Las manos y las orejas suelen ser las zonas más sensibles a las bajas temperaturas, de hecho, se tornan rojas como medida de prevención natural del cuerpo, enviando sangre extra para evitar su enfriamiento.
Para esto son muy útiles los gorros, los guantes y las bufandas de forma que puedas proteger las partes más expuestas del cuerpo a la vez que te proteges de la adversidad.