#Planes Sweet Space Museum, arte inmersivo en Madrid: un dulce tecnológico
Sweet Space Museum, ubicado en el centro comercial ABC Serrano de Madrid, es un espacio de arte moderno inmersivo que permite realizar un recorrido organizado en salas temáticas con exposiciones interactivas de distintos autores que giran en torno a la imaginación, creatividad, conexión y el duce. Todo un universo interactivo de colores, luces y dulces que te hacen desconectar de la realidad por un momento y volver a conectar con el lado más dulce y creativo de la vida.
De hecho, a medida que se pasan las salas, puedes ir degustando algunas golosinas (incluso helados) que ayudan a conectar con ese niño interior que todas las personas levamos dentro. Sumado a unas obras que invitan a sumergirte en su interior, se convierte en una experiencia divertida y memorable que, sin duda, deja con ganas de más.
Se trata de un espacio cultural inspirador que pretende a otras ciudades europeas como espacio de arte inmersivo. De momento, se está convirtiendo en un espacio perfecto, tanto para un rato con los más pequeños de la casa, como para los instagramers, ya que todo su contenido es fotografiable.
Sweet Space es, como los propios responsables lo definen, una «degustación interactiva». En sus propias palabras:
En este viaje a la imaginación unimos el concepto tradicional de arte y las nuevas tendencias digitales para crear un espacio único lleno de experiencias innovadoras [ … ] Todo ha sido diseñado para crear un entorno culturalmente inclusivo y diverso creando una conexión humana a través del PODER UNIVERSAL DEL GUSTO.
Os cuento toda mi experiencia en este curioso espacio que muchos ya han apodado como el museo más dulce de Madrid. Un espacio, donde tecnología, dulce y arte se unen para crear toda una experiencia sensorial.
¿Cómo es Sweet Space?
Nada más llegar al museo, podemos apreciar la primera obra antes de entrar mientras te preparan para sumergirte en esta experiencia de arte inmersivo. Personalmente me ha gustado bastante porque te permite hacer un plan diferente, divertido y original donde se demuestra que la cultura y el arte pueden llegar a ser muy divertidos. Todo en un ambiente que te permite unas fotos de 10.
Sweet Space cuenta con sus famosos sweeters, unos guías que te ayudan a sumergirte en la magia de las obras artísticas contemporáneas que se exhiben. He de decir que era un personal muy amable que nos ayudaron a comprender los detalles de cada obra; independientemente de que las salas cuenten con códigos QR para saber más de cada obra.
Para lograr esta experiencia interactiva, desde Sweet Space han contado con obras de autores como Agatha Ruiz de la Prada, Ampparito, Lusesita, Fausto Amundarain, Pablo Carpio, Miju Lee o Felipao con su gran Menina; entre otros que te iré destacando más adelante. Las salas están separadas de distintas formas para que la visita a cada una de ellas sea más íntima y el aforo esté controlado.
¿Qué verás durante la visita a Sweet Space?
Recorrerás piscinas cableadas, palmeras de algodón de azúcar de Antonyo Marest o laboratorios de helados de Töto Ice Cream; así como lugares de ensueño como un bosque de caramelos a lo más puro Willy Wonka (pero en este caso de Christian Escribá) al que solo puedes llegar tras atravesar un pasillo fluorescente que te hará sentir en un mundo de ciencia ficción al estilo street style.
De esta forma, las primeras salas pasan un poco más guiadas, mientras que las últimas te permiten experimentar un poco más a tu aire. Durante, el recorrido, que se hace en aproximadamente una hora, puedes disfrutar de 11 artistas han diseñado experiencias interactivas alegres y dinámicas con juegos de luces casi crean realidades alternativas.
La penúltima sala acoge varios ambientes, como una sala sensorial donde experimentar el efecto el color o encontrarte una obra de Cerquone, hasta un curioso cielo de piruletas o un cohete de Ivanna Gautier rodeado de pinturas con juegos ópticos realmente envolventes. Todo arropado por las distintas representaciones de lunas que te hipnotizarán interpretadas por la artista Inés Valls. He de confesar que sigo soñando con algunas de ellas.
Para acceder a la sala final de Okuda San Miguel, repleta de color, intensidad y fantasía geométrica, deberás atravesar un tobogán que terminará de hacerte conectar con tu yo interior más infantil. Podría dar mucho más detalle, pero tampoco quiero destripar todos los secretos que se esconden en este museo interactivo apto para todos.
Una vez se termina el recorrido, un inmenso aroma a gofres y dulces te inunda al terminar en una cafetería-tienda de arte donde puedes degustar dulces de ensueño y comprar algunas golosinas interesantes o, incluso, varias de las obras de los artistas.