Radiadores y calefacción, la puesta a punto
Los primeros fríos ya azotan parte del país, pero pronto llegarán las temperaturas más bajas del año y es importante poner a punto el sistema de calefacción para crear un ambiente hogareño de forma eficiente para irlo adaptando a los cambios en el clima a medida que se aproxima el invierno. Te dejamos con las claves más importantes a la hora de dejar a punto la calefacción y los radiadores.
Comprobando el estado de la calefacción
Revisar todos los elementos que influyen en la calefacción es importante para garantizar un buen funcionamiento. Si tu calefacción es de gas comprueba que tienes en orden las revisiones de mantenimiento, si utilizas un aire acondicionado recuerda limpiar los filtros, etc. Recuerda que eres el responsable de realizar el mantenimiento obligatorio de la caldera y las instalaciones de calefacción con potencia superior a 70 kW mediante una empresa habilitada que te expida tu hoja en caso de accidente o inspección.
En el caso de los radiadores es importante limpiar de la zona exterior el polvo y otros posibles residuos con un paño húmedo. Los expertos recomiendan también tener los radiadores despejados para facilitar la difusión del calor por las estancias excepto en los radiadores específicamente pensados para ello como los radiadores-toalleros que encontramos en muchos cuartos de baño.
Por su parte, en el caso del suelo o la pared radiante deberás consultar con un profesional sino tienes claro el mantenimiento. En principio, como cualquier instalación de circuitos cerrados con agua, pueden acumularse lodos, algas, corrosión u óxido, entre otros, con el paso del tiempo.
Por ello, en este tipo de instalaciones es importante revisar el color del agua (si es oscura o densa), buscar posibles obstrucciones o elementos deteriorados o falta de caudal, que provocaría generar menos calor y consumir más gas o electricidad.
Cómo purgar los radiadores
Purgar lo radiadores permite sacar el aire que se acumula en el interior del circuito. El aire en el interior de los radiadores provoca un mal funcionamiento que puede causar que el calor no se transmita de forma homogénea por la casa o que se generen ruidos, entre otros. Por ejemplo, normalmente los pisos superiores suelen acumular más aire que las plantas bajas si forman parte del mismo circuito de calefacción.
Para purgar los radiadores debes observar si poseen válvula automática o manual. Antes de realizar el purgado del radiador, debes encender la calefacción para que los radiadores alcancen su máxima presión, por lo que debes tener cuidado porque el agua estará caliente cuando toques la válvula.
La válvula del purgador manual suele estar en el extremo superior de los radiadores. Puede tener algún sistema sencillo o una especie de espita o ranura para girar con una llave concreta o con un destornillador plano. Trata de cerrar la válvula antes de que el agua comience a salir porque será cuando haya salido todo el aire. En el caso del purgador automático de los radiadores de aluminio, la expulsión del aire es automática por lo que no deberás preocuparte de este paso si todo funciona correctamente.
Tras la operación, recoge todo mientras apagas la calefacción y, después, ponte a verificar la presión en la caldera para ver que sea correcta. La calefacción es un circuito cerrado de agua, que debe tener una presión concreta en base al modelo; puedes consultar al fabricante, pero suele estar en torno a 1,5 bares. Si baja la presión será necesario introducir más agua en el circuito en base a las indicaciones del fabricante (tienen una función específica para ello).