#PrendasconHistoria Pantalones Pitillo-Skinny
Los pantalones de pitillo, o de corte skinny, son unos pantalones clásicos que han marcado a varias generaciones durante varios siglos. Sean del tejido que sean, siempre tienen un elemento en común: son ajustados, con un diseño estrecho a lo largo de toda la pierna; ajustados al tobillo para acariciar el cuerpo, como una segunda piel.
Hablar de la historia del pantalón pitillo supone remontarnos décadas en el pasado, con un gran vínculo al desarrollo de la cultura. A lo largo del tiempo, los pantalones de corte skinny han representado culturas y subgrupos diferentes; saliendo y entrando de las tendencias, pero, desde hace mucho, como un básico.
El origen del pantalón pitillo
La historia de los pantalones de pitillo no tiene un origen muy definido, pero en los años 50 y 60 se vivió un auténtico boom gracias a grandes personajes públicos del mundo del cine, la música y la televisión como Brigitte Bardot, Audrey Hepburn o Marilyn Monroe.
En general, aunque pasaron a la historia como skinny pants, el diseño era algo diferente a lo que tenemos hoy en día, ya que con los años se fueron ajustando más al cuerpo. Especialmente en el caso de los hombres, donde el tobillo era más ancho por norma general.
Los pantalones de pitillo permiten definir la silueta de las piernas lo que cautivó a una sociedad como un tipo de pantalón apto tanto para hombres como para mujeres. Dentro de ellos se recuerdan nombres como Elvis Presley, James Dean o Cisco Kid.
Su popularidad tuvo una pequeña caída durante los años 70, aunque sobrevivieron gracias a subculturas sociales como el Punk, quien terminó por apropiarse este tipo de pantalón como propio, mientras el estilo disco o los hippies exploraban también otras tendencias, como los pantalones de campana. Bandas como Sex Pistols, The Clash o Rolling Stones.
Los pitillos y los años 80
Para la llegada de los 80, la historia de los pantalones pitillos continuaba, el rockabilly tuvo su propia versión de estos pantalones de tubo; no en vano, el rock había crecido en un ambiente de pantalones skinny desde su boom de popularidad. Vivienne Westwood, conocida como la madre del estilo punk, se convertiría en un icono de moda sin perder de vista esta tendencia y otorgándole nuevo carácter.
La expansión de tejidos como la lycra, facilitaron que los pantalones se ajustasen cada vez más al cuerpo. Así, el rock, el punk y el glam se aliaron para devolver a los pitillos un lugar predilecto en casi todos los armarios, tanto de ellas como de ellos.
Una vez más, tras el exceso llegó la calma y los pantalones pitillos quedaron relegados a un segundo plano, dejando paso a otras tendencias con cortes de pantalón más anchos y menos ajustados.
El nuevo milenio y los pitillos
Con el nuevo milenio volvieron a asomar la nariz entre las tendencias y los grandes diseñadores comenzaron a incluirlo de nuevo en sus colecciones, como Balenciaga o Dior Homme. Su popularidad llegó a desbancar a los pantalones campana.
Sin embargo, durante los últimos años hemos visto cómo nuevas tendencias de pantalones se colaban entre las tendencias, hasta el punto en el que ya se escuchan muchas voces que consideran que la tendencia marca que pronto volverán a tener un segundo plano en el armario durante algunas temporadas.
¿Se resistirán de nuevo esta vez?