#Nutricion El Ajo, propiedades y beneficios en la alimentación
El ajo posee un fuerte sabor y olor que es conocido a nivel mundial, con especial peso en la dieta mediterránea. Sus propiedades y su uso tradicional han alentado numerosos estudios donde se esclarecen las verdades y mitos sobre este alimento de alto contenido nutricional.
¿Qué es el ajo?
La planta del ajo (Allium sativum) es una hortaliza que pertenece a la familia de las liliáceas, como la cebolla, el puerro o las chalotas. Se trata de un vegetal que se planta invierno y el bulbo, la cabeza que conocemos comúnmente que contiene los dientes de ajo, se cosecha al principio del verano.
Posee propiedades nutritivas y equilibradas con múltiples beneficios para la salud gracias a sus compuestos sulfúricos y los fitonutrientes que incluye en su composición, como veremos a continuación.
Se desconoce su origen, pero se cree que proviene de Asia Central, llegando a Oriente Medio hace aproximadamente cuatro mil años. Se considera un uso extendido o, al menos, documentado, en la India y Egipto en torno al tercer milenio antes de Cristo. De hecho, se sabe que en la cultura egipcia era parte de la dieta básica junto con la cebolla y el pan.
Se sabe también que en la Antigua Grecia, Hipócrates, padre de la medicina moderna, lo utilizaba para tratar distintas enfermedades.
En la actualidad tiene tanto peso que el próximo 23 de abril se celebra el día internacional del ajo.
Nutrientes del ajo
Bajo en calorías, entre las propiedades nutricionales del ajo destaca su contenido en micronutrientes como el manganeso, la vitamina B6, algo de vitamina B1 y B2, la vitamina C (llegando a contener un 15% de la cantidad diaria recomendada por unos 28-30 gramos) o el selenio. Además, es rico en polifenoles y antioxidantes por lo que es un gran alimento para incluir en nuestra dieta de forma equilibrada.
Además de un alto contenido en agua, el ajo contiene entre sus nutrientes hidratos de carbono (24,3%) y fibra (1,2%). También posee algo de proteínas (5,3%), grasas (0,23%) y minerales como cinc, fósforo, calcio o hierro.
Uno de los componentes que más ha hecho destacar al ajo a lo largo de la historia, ha sido la alicina, un derivado del aminoácido azufrado que es lo que aporta el olor tan característico del ajo. Se trata de un componente importante porque estimula el sistema inmunitario y tiene capacidades antisépticas.
Debemos tener en cuenta que se consume en cantidades muy pequeñas, por lo que los nutrientes reales que se aportan en el organismo no serán en un alto porcentaje respecto a la necesidad diaria.
Mitos sobre tomar ajo en crudo
En torno al ajo corren mitos de todo tipo, algunos con mayor base científica que otros. Uno de los mayores mitos es que comer un diente de ajo en crudo a diario puede ayudar a controlar y prevenir afecciones y dolencias como el colesterol o el cáncer. La idea es comerlo machacado para potenciar la alicina que se genera al machacar el diente por su aminoácido azufrado.
La base del mito está en que al cocinar el ajo a más de 45ºC se empiezan a perder sus propiedades, pero en realidad los estudios realizados confirman que si bien no tiene demasiadas contraindicaciones, no hay una base científica que soporte esta teoría.
En realidad, tomar ajo en ayunas puede causar irritación de estómago o, incluso, alergias. Además, se sabe que puede interactuar con algunos medicamentos como aquellos destinados a controlar la circulación sanguínea por su capacidad anticoagulante.
Otro buen ejemplo lo vemos en la capacidad de trabajar sobre el sistema inmune o prevenir enfermedades cardiovasculares. Está claro que ayudará a mantener estos sistemas potenciados, pero realmente no sirve de modo preventivo, ya que los antibióticos naturales que contienen solo actúan si realmente hay un agente sobre el que trabajar.
Por tanto, los principales beneficios del ajo se disfrutan en una dieta equilibrada donde se aportan otros nutrientes saludables y necesarios para la salud. El ajo es un excelente remedio natural para mantenernos sanos y ayudar a cuidar nuestro cuerpo, siendo útil en el tratamiento y la prevención de ciertos trastornos de salud, pero no va a prevenirlos o curarlos por sí solo.
Así, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud recomienda el consumo diario de algunos gramos ajo fresco, pero se hace dentro de una dieta equilibrada donde se reducen alimentos contraproducentes.
Beneficios reales del ajo en la dieta
- El ajo es un condimento imprescindible que potencia el sabor y, de hecho, es un buen sustitutivo de la sal para esta función.
- Posee un alto número de propiedades, como componentes antioxidantes que contribuyen a retrasar la oxidación celular de forma que frena el daño de los radicales libres.
- Contiene nutrientes esenciales que ayudan a reforzar las defensas y mantener un sistema inmune sano, listo para hacer frente a las agresiones externas. Recuerda que para aprovechar sus propiedades debe comerse laminado o machacado y no cocinarlo a altas temperaturas.
- La alicina permite controlar la proliferación de bacterias y hongos gracias a sus capacidades antibacterianas y antifúngicas. Por tanto, el ajo no sustituye a los antibióticos, pero ayuda a combatir algunas infecciones como las causadas por infecciones en conductos como el urinario.
- Mucho cuidado con no frotarlo directamente sobre la piel en caso de hongos porque puede provocar quemaduras sobre la piel si se aplica sin control.
- Su capacidad anti-viral es un asunto que se está estudiando en la actualidad, así que esperemos a resultados concluyentes antes de destacar esta capacidad curativa del ajo.
- Si bien el ajo no controla el colesterol, sí es recomendado en las dietas para controlarlo. También se suele recomendar como alimento a incluir en el caso de pacientes con hipertensión. Esto se debe principalmente a que ayuda a mejorar la elasticidad de las venas, permitiendo un paso de la sangre más fluido.
- Se asocia el ajo con propiedades antisépticas, por lo que sumado a su capacidad de potenciar el sistema inmune puede ser un buen aliado ante gripes y resfriados.
- Como dilata los bronquios y ayuda a que las mucosas sean más fluidas, puede ser un buen compañero en estos casos, especialmente cuando derivan en afecciones respiratorias leves.
- El ajo también ayuda a limpiar de sustancias tóxicas el organismo, ya que los sulfóxidos del ajo limitan la toxicidad de los metales pesados, entre otras sustancias; ayudando a controlar sus síntomas como el típico dolor de cabeza.
- Algunos estudios apunta a que el ajo también es beneficioso para personas con artritis o dolores articular gracias a su alto contenido de selenio y sulfuro, pero la cantidad que contiene es bastante pequeña en relación al consumo como comentábamos al inicio del texto.