El cannabis y su uso en la medicina
El incremento de países que están legalizando o planteándose legalizar el cannabis, sumado a la mayor difusión de sobre estudios sobre su uso medicinal, han potenciado la popularidad de los productos, fórmulas o ingredientes en cosmética que incluyen activos cannabinoides procedentes de la planta Cannabis sativa L.
Relajación muscular, control de la ansiedad, dolores crónicos o causados por enfermedades, apertura del apetito o capacidad antioxidante y antiinflamatoria son algunas de las propiedades asociadas por las que más ha crecido su interés. En realidad, la planta Cannabis sativa L. posee distintos tipos de cannabinoides donde muchos aún están por explorar.
La realidad es que se trata de una planta que posee un gran potencial para convertirse en aliada de fórmulas magistrales de todo tipo, pero la mala fama asociada al cannabis y su tipología como droga durante muchas décadas ha limitado las investigaciones clínicas.
¿Por qué ese interés o rechazo frente sobre el uso del cannabis medicinal?
En realidad, el uso medicinal de la Cannabis sativa es muy antiguo y estaba relacionado con el alivio emocional, psicológico e, incluso físico. Por ejemplo, se sabe que en el siglo XIX se utilizaban fórmulas a base de cannabis en Gran Bretaña y EE.UU. para aliviar el dolor y las náuseas.
Su uso decayó en 1961 cuando se incluyó en la Convención Única sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas; allí se catalogó como una droga que no tenía usos médicos. Hay que entender que el avance de otros principios activos también estaban ganando popularidad en aquel momento.
Curiosamente, sí me parece interesante mencionar que esto coincidió con un periodo en el que los jóvenes comenzaban a consumirla de forma regular y descontrolada; de forma que si se admitía en medicina podía malinterpretarse los riesgos. Variedades como la purple lemonade de Fast Buds asociadas a la relajación cayeron a un segundo plano; expulsándolo del marco de la medicina y la legalidad.
Sin embargo, en 1990 se descubrió un sistema cannabinoide en el cerebro relacionado con funciones biológicas importantes, como el dolor, el sueño o el sistema inmunitario. Así, el interés científico ganó auge de nuevo a pesar de la complejidad de iniciar una investigación clínica en un activo considerado una droga. Seria a mediados de esa misma década cuando EEUU legalizó el uso médico del cannabis en personas con ciertas enfermedades, como cáncer terminal o esclerosis múltiple.
Poco a poco, ese uso medicinal del cannabis se fue extendiendo por distintos continentes en distintas formas por las distintas regulaciones.
¿Qué usos medicinales tiene el cannabis?
En primer lugar debemos diferenciar entre preparados con cannabis con autorización para comercializarse, de un medicamento para uso médico como tal; donde los cannabinoides pueden ser de origen vegetal o sintético. Se trata de un avance porque para poder comercializar, se deben presentar ensayos clínicos exhaustivos y que se evaluaron su seguridad, eficacia y efectos adversos.
Los cannabinoides son sustancias que actúan en receptores específicos del cerebro. Si bien la planta contiene 102 annabinoides y terpenoides, los dos más estudiados han sido el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD); de ellos, solo el THC produce efectos psicoactivos, narcóticos, relajantes o, incluso, antiinflamatorias y el CBD se asocia a una relajación más suave que ayuda a tratar la ansiedad y potencia la relajación muscular.
Por ello, el CBD comienza a ganar popularidad en distintas fórmulas cosméticas y complementos. Normalmente, en el uso medicinal del cannabis, los medicamentos suelen llevarlos combinados en distintas proporciones.
Respecto a las propiedades asociadas que han hecho ganar popularidad al cannabis respecto a su uso medicina (que no médico) son su poder antioxidante y anti-inflamatorio, analgésico, anticonvulsivante, anti-tumoral, anti-náusea y anti-vomitivo; entre otros beneficios asociados como su capacidad de estimular el apetito, regular la inmunidad, ansiolítico, protector y reparador del tejido nervioso.