Consejos de belleza para el cuidado de los pies
Los pies son una parte fundamental de nuestro cuerpo. Nos mantienen caminando firmes en el día a día y soportan el peso de nuestro cuerpo y el maltrato de la rutina. Sin embargo, no siempre ofrecemos la atención y los cuidados mínimos para mantenerlos relajados y evitar sobrecargarlos.
Visitar periódicamente al podólogo es tan importante como acudir a una limpieza facial profesional cada cierto tiempo, pero no siempre entra dentro de las posibilidades económicas actuales de las familias. Conocer las principales afecciones que sufren puede ayudarte a mantener una pequeña rutina de cuidado y mejorar la condición de tus pies.
Durezas en los pies
Las durezas en los pies suelen tener una relación directa con la sequedad y el roce. Por ello, es habitual encontrar durezas en los pies en las zonas con más roce o presión; como en el caso de los talones o algunas zonas de la planta del pie.
En realidad, las durezas se producen por una acumulación de células muertas en la zona que causan un engrosamiento. Por ello, la sequedad en los pies aumenta esa acumulación de piel muerta deteriorando la calidad de la piel.
Por ello, dentro de la rutina de cuidado para los pies, es importante mantener una buena hidratación diaria como seguramente ya realizas con el resto del cuerpo y trabajar sobre esas durezas para reducirlas y suavizarlas.
A la hora de trabajar sobre las durezas, puede ser interesante ablandarlas introduciendo los pies en agua tibia (pero más bien caliente), a la que puedes añadir unas sales relajantes para que reposen y se calmen de la fatiga acumulada, mientras se preparan para una buena exfoliación.
A la hora de exfoliar las durezas de los pies, es importante hacerse con limas especiales para esta zona como la conocida piedra pómez. En el mercado, encontrarás también otras herramientas como las famosas cuchillas para quitar los callos, pero no es nada recomendable sino sabes bien cómo utilizarlas para no crear mayores problemas.
Una vez retiradas las células muertas de los pies, es interesante rehidratar y nutrir para ayudar a la regeneración de la piel sana. De hecho, según las necesidades es muy interesante utilizar productos queratolíticos que consiguen disolver, total o parcialmente, la capa córnea de la piel; es decir, ese engrosamiento.
Talones agrietados
Otra de las afecciones que normalmente sufren nuestros pies son las grietas, especialmente los talones agrietados. De nuevo, la sequedad, el roce o el maltrato diario serán puntos clave para su aparición. Especialmente se dan en personas que pasan mucho tiempo de pie o que han maltratado la piel por rutinas; como en el caso de las piscinas que mantienen la humedad en contacto directo durante mucho tiempo.
En el caso de las grietas en los talones, no solo hablamos de una cuestión estética o de estrés en la piel de los pies, sino que puede derivar en otros problemas o incomodidades; llegando a limitar la movilidad por el dolor y sangrado que puede llegar a causar.
En este caso, es fundamental utilizar productos que ayuden a preparar y regenerar la piel. Lo mejor sino puedes acudir al podólogo es visitar la farmacia para que nos recomienden un producto específico para las grietas de talones en particular y pies en general.
Mal olor de pies
El mal olor en los pies es un proceso natural que puede afectar mucho en la vida de una persona. Ya no por la estética sino por las relaciones sociales donde puede llegar a cohibir o crear miedos internos; así como rechazo en casos muy extremos.
El olor en los pies se debe habitualmente, como en el caso de las axilas que comentábamos hace un tiempo, por la combinación del sudor, las células muertas y las bacterias. En principio esto puede generar el mal olor, pero en situaciones más graves puede llegar a crear una infección que dé lugar a problemas mayores.
En general y siempre teniendo en cuenta que lo mejor es visitar a un profesional, existen polvos y sprays que ayudan a reducir la humedad a controlar la proliferación del mal olor.