Aumento de pecho: ¿cómo es la cirugía?
Muchas mujeres viven acomplejadas, incluso dando lugar a enfermedades mentales, debido a la presión social por la imagen que a menudo acaban con una intervención en quirófano para dar solución a un problema que es mucho más que una cuestión estética; imaginemos por ejemplo las mamoplástias de aumento de pecho realizadas a mujeres que han perdido un pecho como consecuencia del cáncer. También encontramos otras ventajas como solventar complejos que surgen por un pecho plano o caído, desequilibrios entre senos, cambios de sexo, etc. Un pecho firme y bonito rejuvenece a cualquiera y nos puede hacer sentir mejor con nosotros mismos, pero no se debe depender de eso para ser feliz o sentirse plena.
Sin embargo, a pesar de que es una intervención rutinaria, todavía hay muchas mujeres que sienten rechazo a este tipo de operaciones por, en gran parte, el desconocimiento que se tiene sobre el proceso y las alarmas que surgen por acudir a centros no tan profesionales y especializados como quizás sería exigible en cualquier tipo de intervención. Hoy repasamos el proceso a la hora de someterse a un aumento de pecho para entender un poco mejor lo que es el proceso y qué debemos exigir como clientes a la hora de elegir la clínica para disfrutar de todas las ventajas del tratamiento. Lo primero a tener en cuenta es el lugar donde se realiza la intervención, un aumento de pecho en Madrid probablemente será más sencillo a la hora de encontrar una buena clínica que en zonas donde el volumen de clínicas sea menor, por ejemplo.
No en vano, es una de las cirugías plásticas más demandadas por las mujeres de nuestro siglo. Para someterse a un aumento de pecho es indispensable estar en buenas condiciones físicas y psicológicas, así como ser realista en cuanto a los resultados: te puede ayudar a ganar confianza y acabar con complejos, pero no cambia la vida (tus problemas y frustraciones seguirán siendo los mismos, es tan interesante acabar con el complejo como curtir nuestra mente para mejorar nuestra vida).
En cualquier caso, en primer lugar me gustaría resaltar la importancia de pedir varios presupuestos e investigar sobre la intervención que se va a realizar, así como del propio centro antes de elegirlo, al fin y al cabo es una intervención que se lleva a cabo con anestesia general y que puede convertirse en un calvario si anteponemos ahorrarnos dos duros a la calidad del servicio. Por ejemplo, es muy recomendable que la clínica sea hospitalaria, para que puedan hacer frente a cualquier complicación que pudiese aparecer. Obviamente son circunstancias que no suelen concurrir a menudo, pero es mejor no jugarse la salud nunca, menos por una cirugía que se realiza mayormente por cuestiones estéticas. Además, me parece imprescindible buscar un cirujano plástico que te de confianza y que sea miembro de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética) para asegurarte de que tiene los conocimientos y la experiencia necesarios.
Este tipo de mamoplástia consiste en una operación de cirugía estética cuyo objetivo es aumentar el contorno y el volumen del pecho, realzando y mejorando el aspecto general del busto, implantando prótesis mamarias generalmente rellenas de gel de silicona; luego hay otras técnicas interesantes que tiene lugar en algún centro, yo los he visto en alguna clínica de cirugía estética en Madrid, donde también ofrecen intervenciones de aumento de pecho utilizando la propia grasa (lipofilling) corporal de tu propio cuerpo, por si quieres informarte de más alternativas en cuanto a materiales. Estas prótesis mamarias deben estar autorizadas (con el marcado CE para asegurarnos de que cumplen los requisitos de calidad) de tener una garantía de recambio de por vida en caso de cualquier anomalía (rotura, rechazo, etc.) y los expertos recomiendan que en esa garantía figure el tipo de prótesis, tamaño, número de serie y modelo implantado.
El procedimiento varía en base a las necesidades y características de cada paciente, pero, en general, el proceso consiste en colocar el implante o prótesis mamaria mediante una pequeña incisión que se realiza en distintas zonas según sea el caso (bordes de la areola, entre la pared pectoral y la parte baja del pecho o, incluso, debajo del brazo, en la axila). En cuanto al tiempo de quirófano, la operación puede durar entre una hora u hora y media.
Una vez colocados los implantes, la recuperación no es demasiado lenta, requiere una noche en observación para asegurarse de que todo transcurre con normalidad y la vuelta a la rutina se puede realizar en unos 4-6 días de modo gradual para controlar y evitar infecciones o que se abra la incisión; además, no se podrá realizar una actividad física intensa o coger mucho peso, por ejemplo, durante un periodo concreto que suele estar en torno al mes.
Dependiendo del caso será interesante seguir una serie de cuidados durante algunos meses (evitar el ejercicio físico intenso, llevar un sujetador o faja compresora, cuidar la cicatriz, evitar la exposición directa al sol, etc.) y acudir a revisiones periódicas para garantizar los resultados. Ten en cuenta que dependiendo del tipo de implante, la zona de la incisión o el volumen que aumentamos, tanto la recuperación como el dolor puede variar. También se perderá sensibilidad en mayor o menor grado según dónde se realice.