#ActivosCosmeticos Aceite de Argán, el oro cosmético
Gracias al boom de hace unos años, casi todo el mundo conoce el Aceite de Argán. Incluso hace unos años visitamos la cooperativa femenina marroquí para conocer en profundidad este activo tan aclamado en toda la cosmética y no solo en la cosmética natural. De hecho, el árbol del argán es patrimonio de la UNESCO desde 1998.
El Aceite de Argán es rico en tocoferoles (antioxidantes) y colabora en la regulación del colesterol por su contenido en ácido oleico; además, es un poderoso antioxidante gracias a la Vitamina E que captura los radicales libres y reduce la oxidación.
No obstante, el aceite de argán destaca principalmente por su uso cosmético. Se puede utilizar para el cabello, fortaleciéndolo y dando brillo y flexibilidad. También es muy utilizado en la zona para tratar las irritaciones de la piel, uñas débiles, eczemas, estrías, quemaduras, psoriasis o, incluso, la varicela en su formato de aceite puro.
En general, se le conoce en cosmética por su poder regenerante, aportando elasticidad y revitalizando la piel; por esto, es habitual encontrarlo en su estado puro como ceite, así como en fórmulas de crema, serums o mascarillas.
¿Qué es el aceite de argán?
El aceite de argán es un aceite vegetal conocido como oro líquido del desierto por su color dorado claro-traslúcido y no posee un aroma especialmente fuerte. De hecho, estas dos características junto con el INCI serán tus principales aliados a la hora de encontrar un aceite de argán puro y no rebajado con otros aceites o conservantes.
El árbol de argán (o Argania Spinosa), crece en las zonas áridas y semi-áridas del suroeste marroquí, principalmente en la zona del Atlas con frutos de forma similar a una almendra oleosa donde se alberga la mayor parte del aceite de Argán.
Se extrae mediante un prensado en frío una vez las semillas están secas en un trabajo mediante un proceso mecánico que no incluye productos químicos. Dependiendo del proceso es un aceite apto para el consumo o reservado para el uso cosméticos en piel y cabello.
Propiedades del Aceite de Argán
El aceite de argán es un activo rico en vitamina E, vitamina A y ácidos grasos Omega-3; contiene un alto contenido en antioxidantes gracias a los tocoferoles que veíamos al inicio del texto. Por dar más detalles de su composición, contiene beta-carotenoides, escualeno, fitosteroles y es rico en gamma-tocoferol.
Aparte del componente nutritivo que hemos visto, también ayuda a mantener la hidratación y suavidad en la piel. Tiene propiedades calmantes y cicatrizantes que ayudan al suavizar y es antiséptico y antifúngico, por lo que es válido tanto para una piel seca como una piel más grasa (de hecho, luego veremos que puede utilizarse en casos de acné ya que no genera comedones y no engrasa a pesar de ser un aceite).
En cuanto a las propiedades dietéticas del Aceite de Argán, aparte del poder antioxidante mencionado, reduce la hipertensión, estimula la capacidad intelectual y facilita la digestión. De hecho, es normal que se utilice como coadyuvante en dietas de hipercolesterolemia, enfermedades cardiovasculares y/o reumáticas.
Usos del aceite de argán
El aceite de argán se utiliza de forma tradicional entre los marroquíes tanto para cuidar la piel como para el cabello por sus múltiples propiedades. Incluso, se puede utilizar simplemente sobre los labios para trabajar con las grietas, al igual que en otras partes del cuerpo como los talones.
El aceite de argán se usa para mantener la piel hidratada y suave, a la vez que la protege y regenera, sin perder de vista ese poder antioxidante que retrasa y reduce los signs del envejecimiento. Por ello, es habitual encontrarlo en cremas y serums. Incluso se utiliza en desmaquillantes porque permite retirar los residuos sin irritar la piel.
Además, gracias a su acción antioxidante, su capacidad para nutrir sin incrementar el sebo y de no producir comedones, en ocasiones se utiliza en formulaciones relacionadas con el acné, tratando la inflamación producida y ayudando a reducir las marcas que ocasionan los brotes.
De hecho, se utiliza también para ayudar a cicatrizar marcas de heridas o las causadas por enfermedades como la varicela. También es útil para aliviar las sensaciones de ardor, picor, quemazón o tirantez, como la producida por la sequedad o por quemaduras solares.
En cuanto al uso corporal, las propiedades de este oro líquido permiten mantener la hidratación y nutrición, siendo muy útiles para suavizar los efectos de las estrías. También se utiliza para el cuidado de las uñas: para reforzarlas, hidratarlas y evitar la posibilidad de que se partan.
El aceite de argán también es un gran aliado para el cuidado del cabello, por lo que cada día es más normal encontrarlo en champús y mascarillas. En este sentido tiene varias funciones, ya que además de hidratar, sirve como acondicionador para facilitar el peinado (tanto al desenredar como al moldear), aportando brillo y cuerpo al cabello, además de reducir el temido efecto frizz típico de los cabellos secos, castigados o que almacenan mucha carga eléctrica.