Razones para elegir la copa menstrual
Aunque la copa menstrual se inventó hace casi veinte años (se dice pronto), es en la actualidad cuando más mujeres se están sumando a cambiar las compresas y tampones por este método que en muchos aspectos es más saludable que otros métodos utilizados durante la menstruación.
Quienes la han probado lo saben: una vez dado el paso de usar una copa menstrual, es casi imposible volver a utilizar tampones o compresas una vez te acostumbras a ellas. La copa menstrual tiene tantos beneficios que es muy difícil encontrarle peros, aunque sí que existen algunos miedos en torno a su uso que frenan un poco a la hora de tomar la decisión de comprarla. No obstante, todos ellos se disipan una vez empiezas a utilizarla gracias a las facilidades el mercado.
Por ejemplo, lo más común es tener miedo a utilizar la copa menstrual por pensar que será complicada de colocar y usar, algo que conozco en primera persona dada mi torpeza y que se convirtió en una de mis mayores dudas a la hora de decantarme por el uso de la copa menstrual. En realidad, tras un par de intentos cualquier mujer puede utilizar la copa con facilidad y, además, cada día es más sencillo iniciarse en ella, ya que ahora mismo las firmas han puesto a disposición de las principiantes la opción de comprar una copa menstrual con aplicador.
También hay quien ve esta opción como algo poco higiénico como otro de los peros al uso de la copa mentrual. Es cierto que la copa no absorbe el sangrado como otros métodos, sino que lo retiene, pero se ha demostrado que es un método incluso más limpio que los tampones y todo apunta a que bastante más seguro con los estudios que han ido saliendo a la luz en los últimos tiempos. Bien colocada, la copa menstrual no deja lugar a pérdidas, tiene una capacidad tres veces mayor que otros métodos, y se puede utilizar tanto para el baño como para hacer deporte porque es muy cómoda y si bien en las primeras puestas se nota un poco más, una en seguida se acotumbra.
Además, una ventaja importante para mí es que la copa menstrual se puede utilizar durante muchas más horas que otros métodos porque no supone riesgo de shock tóxico, como sí pasa con un tampón, ni rebosa como una compresa al tener mayor capacidad (recordemos que hay varias tallas para adaptarse a tu cantidad de flujo).
Precisamente porque se cambia cada más tiempo (algunas usuarias la llevan casi un día entero aunque me parece demasiado personalmente), es más fácil olvidarse del período. Los ciclos parecen más cortos y se hacen más cómodos, ya que la copa frena la sequedad vaginal.
Otra de las cuestiones que generan bastantes dudas es sobre la higiene de la copa menstrual. Durante el periodo, para cambiar la copa menstrual, basta con lavarla con un poco de agua y jabón antes de volver a colocarla y, entre ciclo y ciclo, se recomienda esterilizarla (hervirla) para garantizar una higiene total. En mi caso, esterilizo antes de utilizarla al empezar el ciclo y cuando lo termino antes de guardarla.
Por último, es indudable que la copa menstrual supone un ahorro enorme, aunque al principio pueda parecer que es un gasto elevado. Las copas rondan los 20 euros (en un pack de dos), pero se pueden utilizar durante varios años, entre 5 y 10 años según la copa, aunque yo prefiero cambiar antes que tampoco supone tanto desembolso y van avanzando bastante en los últimos años. En cualquier caso esto significa, de un lado, un increíble ahorro económico, ya que en ese período serían necesarios miles de tampones y compresas.
Además, hay un motivo por el cual me merece la pena combatir lo poco que me gusta vaciarla es que utilizar la copa menstrual supone ayudar al medio ambiente, ya que no se desechan esos miles de compresas y tampones que, en su mayor parte, tienen componentes químicos y no biodegradables que primero nos ponemos dentro y luego dejamos de recuerdo varias décadas hasta su descomposición total en la naturaleza.