Los básicos para una piel cuidada en verano, ¿cómo adaptar la rutina de belleza al clima?
El verano nos aplana por el calor, la alta incidencia del sol nos invita a salir con amigos y familia,… todo se ve de otro color, incluso los abrigos han quedado relegados a un cajón. Sin embargo, a menudo nos olvidamos de que la piel también necesita una nueva rutina de belleza para no sufrir las consecuencias de la estación.
Es una realidad, con la llegada del calor y más aún en las zonas costeras en las que la sensación térmica multiplica los efectos, los productos de tratamiento de los que hemos disfrutado en los meses anteriores, parecen más densos y menos adaptados a nuestra piel. Las fórmulas muy densas se atragantan antes de que la piel las beba ya que este clima invita a utilizar texturas más finas y ligeras.
En realidad, las necesidades básicas de la piel se mantienen durante todo el año aunque se vayan adaptando a las condiciones externas como la climatología. Durante le época estival los serums toman una importancia vital por su textura ligera con una concentración de ingredientes elevada. Si eliges esta opción recuerda que es imprescindible aplicar un protector solar durante el día.
La subida de las temperaturas también hace que las brumas o lociones pulverizadas, que, además, pueden guardarse en el frigorífico para un efecto refrescante y aportan un efecto refrescante aparte de ser fuente de hidratación y remineralización.
Durante el verano también sufrimos cambios bruscos de temperatura por el aire acondicionado o la agresión directa del sol y agua de mar y piscinas. Por ello, la piel, en general está más seca y tirante, llegando a sentir picores, irritaciones, descamación, etc.
Por supuesto, mantener la piel limpia y realizar exfoliaciones regulares nos ayudará a mantener la piel uniforme en cuanto a tacto y tono, prolongando el efecto del bronceado.
En general, como en cualquier época del año, debemos prestar atención a la hidratación, ya que el sol y las altas temperaturas tienden a deshidratar la piel lentamente. El ácido hialurónico es uno de los activos estrellas, ya que tiene una elevada capacidad para retener el agua en la piel. Todo ello genera una bajada de las defensas que se deben potenciar para reducir el envejecimiento y el daño cutáneo.