¿Limpias adecuadamente tu piel?
En la actualidad, existen un gran número de técnicas para limpiar la piel del rostro. La limpieza facial es una parte fundamental de nuestra rutina de belleza porque, además de la suciedad, cualquier producto que apliquemos sobre la piel se oxida a las 24 horas como mucho, provocando envejecimiento prematuro.
Últimamente se escucha mucho hablar de la doble limpieza, una técnica que supone limpiar la piel dos veces: primero con un limpiador con una base más grasa que retire restos superficiales como sebo, polución o maquillaje para después aplicar otro limpiador de base acuosa para limpiar el poro en profundidad, mejorando la textura de la piel y la eficacia de los activos incluidos en las cremas que se aplican después.
Hoy, vemos en detalle qué debemos tener en cuenta a la hora de limpiar la piel de nuestro rostro dentro de nuestra rutina diaria.
¿Qué debe incluir la rutina de limpieza facial?
Dentro de la rutina de limpieza facial debemos diferenciar entre la limpieza diaria, diurna y nocturna, así como la rutina semanal de limpieza en profundidad. Así, por la mañana es importante eliminar los restos de toxinas que la piel libera durante la noche debido a la regeneración celular, mientras que por la noche es importante retirar las impurezas acumuladas durante día para permitir la renovación de la piel durante la noche.
Una vez consigamos una piel limpia, es interesante tonificar la piel con un tónico para equilibrar el ph y ayudar a retirar cualquier residuo que haya quedado sobre la piel. Además, normalmente el tónico ayuda a minimizar los poros de la piel.
Además, semanalmente conviene incluir una limpieza más en profundidad como hemos comentado que incluya un peeling o exfoliante para retirar el exceso de células muertas en la piel, dando lugar a una piel mucho más luminosa y de aspecto unificado en su textura y tono. También es importante incluir en esta limpieza semanal una mascarilla adecuada a cada tipo de piel para ofrecer un impulso de belleza a la piel.
Tipos de limpiadores faciales
A la hora de limpiar el rostro, podemos utilizar muchos productos diferentes. A saber:
- Agua micelar. A pesar de que es un producto muy práctico porque retira tanto lípidos como impurezas, puede llegar a deshidratar, por lo que no se recomienda en pieles secas de forma regular.
- Leche limpiadora. Adecuada para pieles secas y maduras, permiten una limpieza suave que requiere un tónico a posteriori para retirar cualquier resto de sebo.
- Limpiador en gel. Indicado para todo tipo de pieles, es más adecuado para piel grasa o mixta, ya que puede resecar la piel.
- Limpiador en espuma. Las Mousses o espumas limpiadoras tienen una textura más suave, por lo que se recomiendan para todo tipo de pieles, especialmente las más sensibles.
- Toallita desmaquillante. Populares gracias a su practicidad, no suelen permitir una limpieza en profundidad, por lo que son buenos aliados para una limpieza rápida en casos de pereza o urgencia, pero no se recomienda abusar de ellas ya que, además, pueden resecar la piel.
- Limpiador exfoliante. Una buena opción para combinar con otro tipo de limpieza, pero que puede llegar a sensibilizar la piel por lo que no se utiliza normalmente de forma regular excepto en casos de pieles muy gruesas.
- Aceite limpiador. Adecuado para pieles sensibles, secas y maduras que requieren un extra de lípidos en la piel, requiere una limpieza posterior con otro producto que termine de retirar el exceso de sebo.
- Jabón en pastilla y bálsamo limpiador. Aunque actualmente están en desuso, existen jabones en pastilla y bálsamos densos con bases de aceite para limpiar la piel, normalmente orientados a pieles grasas o combinadas.