Freidoras sin aceite, pros y contras ¿Qué debes saber?
Las frituras son una parte importante en la dieta de muchas personas, pero sus efectos nocivos sobre la salud son de sobra conocidos. En un mundo donde la tecnología mejora nuestra vida, hace años que escuchamos hablar sobre freidoras sin aceite o que utilizan muy poca cantidad de aceite para freír un alimento. Se llaman Freidoras de Aire y si bienes cierto que reducen la cantidad de aceite necesario para realizar una fritura, no es oro todo lo que reluce.
Podríamos pensar que al reducir la cantidad de grasa, conseguimos una comida más sana y es cierto que encontramos menor volumen de grasa en los alimentos. No en vano, abuso en frituras, incluso cuando se realiza con aceite de oliva virgen, conduce a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y mayores índices de inflamación que pueden derivar en otro tipo de problemas más allá de la dieta o el peso.
Sin embargo, ¿debemos tener algo más en cuenta? Hoy te contamos lo que hemos podido averiguar para que tomes la decisión que consideres mejor a la hora de elegir tu freidora de aire o, si por el contrario, prefieres conservar el modo de freír tradicional.
¿Qué son las freidoras de aire?
Las freidoras sin aceite, en términos general, funcionan gracias al aire caliente que circula alrededor del recipiente de la freidora, cocinando la comida de forma paulatina mediante aire que es expulsado mediante unos ventiladores, cocinando en su interior y dejando un exterior crujiente. Normalmente requieren una cucharadita de aceite para funcionar, algo que ni siquiera es necesario en muchos productos congelados para freír, lo cual ha conseguido que ganen bastante popularidad.
En general, aparte de alimentos fritos sin tanta grasa, también se han hecho populares debido a la seguridad, ya que el aceite hirviendo es un peligro en la cocina que aquí se soluciona reduciendo el riesgo de altercados domésticos. Ten en cuenta que aunque las freidoras de aire también se calientan, no existe riesgo de derrames o salpicaduras de aceite, por lo que su uso es mucho más seguro.
Por otro lado, son más sencillas de limpiar que las freidoras normales (teniendo en cuenta que ya es un horror limpiar este tipo de electrodomésticos) y no tienen el problema del aceite reciclado que no puede tirarse a los contenedores habituales para proteger el medio ambiente.
Al principio de su creación, se decía que las freidoras de aire o sin aceite también reducían el riesgo de formación de acrilamida tóxica, incluso algunos estudios revelaron que los reducía hasta en un 90%; se trata de unos compuestos peligrosos que se producen al exponer los alimentos a muy altas temperaturas como el de una fritura, pero hoy en día sabemos que no solo tiene que ver con la forma de cocinarse y que, por tanto, no tiene porqué no producirlos. Veremos punto por punto.
¿Una dieta más sana?
Los alimentos fritos contienen muchísima más grasas que si los preparáramos con otros métodos como hervidos o a la plancha. Como comentábamos, la reducción de aceite en las freidoras por aire es innegable, pero hoy en día sabemos mucho más respecto a los tóxicos asociados con la fritura y no dejan de ser alimentos fritos, por tanto aunque mejoremos su aporte de grasas, sigue siendo menos interesante que otros tipos de cocinado. Por ejemplo, hablábamos de la acrilamida como un compuesto tóxico que puede tener vínculos con el desarrollo de algunos tipos de cáncer.
Esta sustancia se forman durante el proceso de la fritura u horneado de alimentos que tienen muchos hidratos de carbono como las patatas fritas y se producen habitualmente cuando los alimentos se cocinan por encima de los 100ºC; de esta forma a mayor tiempo de exposición, más probabilidades de que aparezcan estas sustancias tóxicas. No obstante, por poner un ejemplo tradicional, si las patatas en una freidora normal pueden tardar unos 11 minutos en estar listas, en una de aire el tiempo de espera puede ir entre los 17-20 minutos, por lo que tampoco es que la diferencia de tiempo sea clave en la formación de toxinas, mientras que muchas permiten controlar mejor la temperatura que se aplica al alimento a cocinar en cuestión.
Por tanto, como en cualquier proceso de cocina, debemos controlar muy bien a qué temperatura realmente se cocinan los alimentos y tener en cuenta que normalmente es una freidora sin aceite el alimento se tarda un poco más en cocinar para adquirir ese toque crujiente manteniendo un interior bien cocinado, de forma que debemos tener muy controlada la temperatura cuando cocinamos alimentos, especialmente carbohidratos. Por eso, entre otros factores como el incremento de grasas saturadas, se dice que no es recomendable recalentar un alimento que haya sido previamente frito en el microondas.
Cuestión de calidad vs. sabor
La organización de consumidores OCU, ha realizado estudios de muchas freidoras, pero concretamente hoy resaltamos uno donde comparaban una freidora de la marca Tefal y otra de Philips, la AirFryeren. El estudio llegó a la conclusión de que las diferencias entre la fritura tradicional y la fritura en freidora de aire son principalmente en el sabor y la textura. En la de aire los fritos tenían peor aspecto y sabor porque si la freidora no es de muy alta calidad puede que no reparta de forma uniforme el calor, de forma que los alimentos no se preparan de forma homogénea, dejando unas zonas más crudas que otras, lo cual afecta directamente al sabor. En este sentido, cabe recordar lo rápido que evolucionan los inventos y no es comparable un modelo de hace unos años con uno nuevo que surja hoy en día.
Otra diferencia se encontraba en la diferencia de precio en base a la calidad de las freidoras convencionales respecto a la freidora de aire, ya que para encontrar modelos de buena calidad, el precio suele ser bastante superior a una freidora homóloga en su versión tradicional.
Control del gasto en freidoras
De forma general, las freidoras eléctricas se encuentran dentro de los electrodomésticos con alto consumo de energía dentro del hogar, al nivel del horno microondas, la aspiradora o la plancha. En general, siempre teniendo en cuenta que depende mucho del modelo, las freidoras convencionales consumen menos energía que aquellas que funcionan al aire, lógico dado que una vez calentado el aceite en la tradicional basta con mantener el calor, mientras que en la de aire se suele requerir aplicar más energía para mantener la temperatura de lo que se está cocinando.
A la hora de valorar el consumo, también debes tener en cuenta que no es lo mismo una freidora grande que una pequeña, ya que el consumo de energía siempre será mayor cuanto más capacidad tenga la freidora.