Depilación intima sin dolor
La depilación íntima, tanto femenina como masculina, ha sido foco de investigación gracias al alto interés general por conseguir una depilación íntima sin dolor en un mundo donde la tendencia en la intimidad pasa por zonas rasuradas. No en vano, la depilación íntima femenina es una de las técnicas dentro de la depilación más demandadas.
En mi opinión, se trata de una zona delicada, de las más delicadas dentro del momento depilación; por lo que, considero, es mejor acudir siempre a profesionales a la hora de acabar con el vello de la zona (especialmente cuando vamos más allá de «limpiar» un poco el área para la zona de los bikinis). Repasamos las técnicas más extendidas e interesantes a la hora de depilar las zonas íntimas con el menor dolor posible.
Hoy en día, las técnicas han evolucionado para ofrecer una depilación más higiénica y menos dolorosa mejorando la efectividad y reduciendo riesgos, así como algunos trucos para reducir el grado de dolor. Lo cierto es que aún no han conseguido una técnica 100% indolora, pero el panorama ha cambiado mucho respecto al que vivían unas generaciones atrás.
El avance en ceras depilatorias
En primer lugar, parece que últimamente nos olvidamos de la cera como método de depilación, cuando se trata de un método que ha avanzado mucho en los últimos años. Como el microblading, la accesibilidad a estos tratamientos ha hecho que se desarrollen centros profesionales con acceso a productos de distinta calidad; estos no siempre permiten ofrecer el confort y resultados que nos merecemos o, incluso, muchas personas aplican ceras de baja calidad en el domicilio (recuerda que puede causar el aumento de la flacidez debido a los tirones, especialmente mal aplicado).
Sin embargo, hoy en día las ceras también han avanzado científicamente para ofrecer mejor efectividad y confort; solo hay que encontrar centros que trabajen con ellas o, al menos, interesarte por los materiales que utilizan. En algunas ocasiones verás que hay centros especializados en depilación que utilizan distintos tipos de ceras para las distintas necesidades del vello (en base a grosor, cantidad, etc.) y la piel (sensibilidad, circulación, etc.).
Por ejemplo, hay ceras francesas fabricadas a base de polímeros que penetran el poro para extraer el vello de raíz sin dificultades. También ha evolucionado la composición química enfocada en evitar la adhesión de la cera a la piel, minimizando la sensación de dolor.
No obstante, es un método que no acaba definitivamente con el vello y que puede irritar la piel a corto plazo, por eso, para reducir el grado de dolor puedes aplicar un aire fresco que alivie la irritación o agua fría tras depilar la zona para calmar la sensación de calor y bajar la posible inflamación.
Cuchilla, pan para hoy hambre para mañana
La cuchilla es otra técnica muy extendida para la depilación íntima femenina, especialmente en el caso de las pieles más sensibles. También es de la menos dolorosas a la hora de depilar las zonas íntimas. Es cierto que se tarda muy poco tiempo y que habitualmente se realiza en casa, pero no solo no lo elimina de forma definitiva, sino que crece más rápido (en uno o dos días ya no se tiene la suavidad incluso en zona íntimas) y más fuerte después.
Además, es una técnica considerada poco eficaz por los expertos, ya que puede provocar quistes, además de irritar la piel; especialmente en el caso de las zonas íntimas, donde el roce al aparecer los primeros signos del vello puede crear molestias por el roce.
Si eres de las que prefiere utilizar la cuchilla pese a todo, un buen consejo es exfoliar la piel regularmente para evitar los pelos enquistados así como aplicar hidratación regularmente y activos que refuercen la barrera protectora natural de la piel de cara al roce que se pueda generar al crecer el vello de nuevo.
El boom del láser, eliminación a largo plazo
Muchas personas, tanto mujeres como hombres, han apostado por el láser en los últimos años como técnica de depilación íntima; más que por la intensidad del dolor, por la reducción de vello general en la zona y del grosor de los mismos. Es un tratamiento a largo plazo, con sesiones espaciadas en el tiempo y el grado de dolor es medio.
En ocasiones se puede utilizar cremas como EMLA para evitar la sensibilidad, pero debes consultarlo previamente con tu especialista, ya que al perder la sensibilidad es más fácil que puedan provocarte quemaduras. Una forma de reducir mucho el grado de dolor es buscar un centro donde se tomen su tiempo y te permitan dejar relajar la zona entre pulsación y pulsación. Por último, pueden bajarte la intensidad del láser, hará que el resultado sea menos efectivo, pero también reducirá tu grado de reacción al dolor y a la irritación de la piel.
Sin embargo, no todo el mundo asume los riesgos que supone la depilación láser (especialmente si acudimos a centros con grandes ofertas que no respeten los protocolos de seguridad, como no poner protección frente a los labios internos) o sus pieles no admiten el láser por diversos motivos como la hipersensibilidad, por lo que cada día surgen nuevas investigaciones para mejorar la calidad de la depilación láser y reducir el grado de dolor del cliente.
Alternativas en casa
Las cremas depilatorias (de uso en domicilio) vienen a tener el mismo problema que las cuchillas respecto a la duración o los poros enquistados, aunque suelen irritar menos la piel y contienen activos que mejoran la hidratación y calman mientras actúan. Además, los poros son menos visibles, al menos durante los primeros días.
Por su parte, las máquinas depilatorias sí extraen el vello de raíz, aunque por lo general, son uno de los métodos más dolorosos para eliminar el vello que la cera. Además, como comentaba al principio, en una zona tan delicada como la zona íntima no es recomendable actuar por impulso y tanto para lograr resultados como para reducir la intensidad de dolor, es mejor acudir a un profesional.