Qué cosmética utilizar en verano
El verano es una realidad y trae aparejados muchos cambios en la rutina como más horas e intensidad de luz (con mayor exposición también en cuanto al tiempo de exposición), suben las temperaturas (lo que causa una mayor evaporación de líquidos), entre muchos otros cambios de rutina. Seguramente ya tengas guardada la ropa de invierno, ¿has cambiado también tu rutina de cuidados para darle a tu piel todo lo que necesita en estas fechas?
La cosmética que utilizamos en verano también debe adaptarse al clima, no en vano, es bastante habitual que una crema que nos funciona en invierno en verano nos resulte demasiado densa. Repasamos los mejores consejos para adaptar tu rutina de belleza al verano.
¿Qué necesita la piel en verano?
En general, podemos decir que la piel prefiere texturas más finas y ligeras en verano, ligeramente acuosas o incluso en formatos más frescos como el gel o las emulsiones espumosas. No en vano, la crioterapia es uno de los tratamientos que más se disparan en verano gracias a su capacidad de reducir la temperatura del cuerpo para actuar a todos los niveles como calmar, reducir la congestión o cerrar los poros.
En verano, debemos utilizar cosméticos que nos ayuden a combatir las agresiones externas, con gran importancia a la exposición solar que no solo tiene lugar en el rostro, sino que también afecta al resto del cuerpo al aligerar la vestimenta. Un buen ejemplo se da en los brazos, zonas altamente expuestas al sol en verano y que a menudo olvidamos a la hora de aplicar un SPF para protegerla igual que hacemos con el rostro.
Durante el verano, habitualmente se busca que los productos sean refrescantes, pero, sobre todo, que sean de rápida absorción de forma que no genere brillos y que no sea incómodo en la piel, algo que ocurre con las cremas demasiado untuosas y que pueden llegar a obstruir los poros en verano por el cambio de la situación en la piel.
Durante le época estival, los serums son una excelente opción porque además de incluir un una concentración de activos más alta que las cremas y poseen una textura ligera. Sobre ellos aplicaríamos la protección solar de forma que la piel se mantenga libre de obstrucciones, pero protegida. De hecho, durante la noche es posible aplicar ciertos serums sin poner crema nocturna encima, liberando mucho la congestión a la que sometemos la piel estos días.
Un truco para mantener la hidratación es recurrir a las brumas o lociones que además de hidratar y remineralizar pueden guardarse en el frigorífico para un efecto refrescante.
¿Qué productos cosméticos utilizar en verano?
Las necesidades básicas de la piel se mantienen durante todo el año, pero debemos adaptarla al cambio de nuestra rutina y de los factores externos como el clima. Durante el verano sufrimos altas temperaturas con cambios bruscos por el aire acondicionado y climatizadores, además de someterse a otras agresiones como el mar o la piscina.
Esto provoca que la piel esté más seca y tirante, incluso pueden darse situaciones de picores, o irritaciones, entre otras afecciones puntuales que en última instancia dan lugar a un envejecimiento prematuro de la piel. Algunas pieles tendrán más grasa, comedones e impurezas debido a esta climatología. Para combatirlo debemos adaptar nuestros cosméticos a las necesidades reales del momento. En este sentido hay tres factores clave:
Optimizar la hidratación
Los rayos solares y las altas temperaturas aumentan la deshidratación de la piel. Por ello, debemos buscar productos que garanticen el nivel hídrico de la piel, aportando hidratación y que, además, potencien la capacidad de la piel para retener el evitar la pérdida de agua transepidérmica (conocida como TELW).
El ácido hialurónico es uno de mis favoritos en este sentido. Además hoy en día, existen péptidos capaces de estimular la producción natural de ácido hialurónico para buscar una piel equilibrada, con buena elasticidad y suavidad, luminosa y saludable.
Multiplicar las defensas
Las radiaciones solares y la falta de hidratación provocan una reacción en cadena que va desde la incomodidad y tirantez, hasta sensibilidad, irritaciones o desequilibrios sebáceos, como hemos comentado. Por ello, es importante mejorar la capacidad de autodefensa, reforzar el ADN y reducir la vulnerabilidad a los daños sufridos.
Para ello empleamos activos que refuercen el ADN y la defensa inmunológica natural de la piel como el Lactobacilo pro-biótico, activos basados en algas o péptidos antioxidantes.
Mantener la piel limpia
Mantener la piel libre de residuos y células muertas es básico en cualquier momento del año. En el caso del verano es fundamental para no congestionar los poros y retrasar el proceso de envejecimiento de la pie, no en vano en esta época tiende a asfixiarse y deshidratarse. Estas agresiones provocan un engrosamiento de la piel que deja un tono opaco, además de ser el origen de muchas afecciones.
Además de la limpieza diaria, también es importante realizar una limpieza en profundidad una o dos veces por semana para mejorar la luminosidad y conseguir que el bronceado que vayamos ganando durante el verano sea más uniforme y duradero.