#PrendasconHistoria Leotardos: de un escándalo a un clásico de moda
A menudo utilizamos prendas de forma habitual y nos cuesta tomar conciencia de que su nacimiento y tendencia no es tan antiguo como una puede imaginar. Tal es el caso de los leotardos que, tal y como las conocemos hoy en día, fue creado en a finales de la década de los 60 del siglo XIX. Es cierto que antiguamente ya veíamos indicios de otros modos de proteger las piernas del frío, pero hoy nos sumergimos en la interesante historia de los leotardos.
Jules Léotard fue el responsable del nacimiento de este complemento imprescindible hoy en día para protegernos del frío, pero que, en su nacimiento tenía un objetivo distinto. Como habrás podido deducir, la palabra “leotardo” viene directamente del apellido de su creador que era un famoso acróbata francés de Toulouse. Lo que él no sabía es que generaría una revolución por su forma de marcar la figura tanto del hombre como de la mujer.
Jules Léotard (1838-1870) necesitaba una prenda resistente y elástica que le facilitase libertad de movimiento en su trabajo, desarrollando en un primer momento una prenda hiper-ajustada de cuerpo entero y sin mangas que cubría las piernas y la mayor parte del torso, dejando entrever su potente musculatura que acabó revolucionando e impactando a la sociedad de la época por la forma de marcar el cuerpo del acróbata.
El leotardo cumplía así desde el principio una triple función para abrigar el cuerpo, destacar la musculatura y mantener la presión en la cintura para poder colocar otras prendas encima como unos pantalones de tipo short. Sin embargo, el bailarín ruso Vaslav Nijinsky, volvió a revolucionar el uso de los leotardos y apareció solo con los leotardos en un ballet a principios del siglo XX creando una nueva tendencia que hoy en día solo se sigue en el ámbito profesional y en ciertas ocasiones.
No obstante, escotado y ceñido en la entrepierna, fue un elemento perfecto para bailarines, trapecistas y atletas que pronto decidieron sumarse a este nuevo look descarado que proponía Léotard por su libertad de movimiento, hasta el punto de que hoy en día, el leotardo sigue siendo una prenda que aparte de estar en las calles, conforma una de las prendas clásicas del uniforme de bailarines y acróbatas, entre otros atletas como los ciclistas.
El leotardo, creado oficialmente en 1867, se quedó con el apellido de su creador como homenaje a un hombre que falleció menos de 4 años después de saltar a la fama por su invento. En un principio, posiblemente para reducir el impacto visual, los leotardos eran de color negro, pero, más adelante, los diseñadores comenzaron a jugar con los colores y la forma de la prenda para adaptarlo a los tiempos y las tendencias.
Por ejemplo, allá por mediados de los 60 del siglo XX, es decir, casi un siglo después, los diseñadores Courrèges y Heim se inspiraron en la forma del leotardo para hacer algunas variaciones que permitiesen a la prenda ser utilizada en más ámbitos, mientras que en los setenta se puso de moda el leotardo confeccionado a partir de tejidos artificiales y elásticos que permitían un nuevo campo de diseño para los deportistas que vieron cómo se multiplicaban las opciones a la hora de vestir con medias, mayas, leotardos y derivados que empezaban a surgir cambiando la moda deportiva a la par que se instauraban para quedarse en la sociedad.
El leotardo, por definición, es una prenda de vestir muy ajustada que cubre de los pies hasta la cintura y tiene mayor fama entre las mujeres debido al uso común de la prenda con faldas, ofreciendo cada día mayor número de tejidos, colores y estampados. Hoy en día, se suelen utilizar tejidos de punto para dar una sensación más elegante, mientras que el tejido sintético es el que se utiliza para aspectos laborales y deportivos como ballet o teatro, especialmente en el caso de los leotardos de nylon.
La siguiente evolución lógica del leotardo ha sido hacia el legging, que son una variedad de leotardos al estar fabricados con los mismos materiales, dejando como diferencia los pies al descubierto hasta el tobillo que en el caso del leotardo lo cubre entero.
Si durante los años 70 y 80 del pasado siglo XX, el leotardo se utilizaba principalmente para ejercicios aeróbicos, pero en los 90 fueron desplazados por pantalones fabricados en licra y con un corte similar a los utilizados en los uniformes de ciclismo. Sin embargo, el nuevo milenio trajo consigo la depreciación de la prenda y ay en los primeros años del 2000 se empezaron a reemplaar de forma masiva pantalones deportivos y jeggings, una prenda ceñida para las piernas fabricada con spandex y denim.