#ActivosCosmeticos: el veneno como opción para potenciar tu belleza
Los últimos avances en cosmética nos han llevado a dedicar un espacio especial para aquellos productos que cuentan en sus activos con venenos de origen vegetal y animal para conseguir los máximos resultados de belleza.
Especialmente porque cada día los vemos más presentes entre los trucos de belleza de las famosas alentando al resto de la población a dejarse llevar por sus encantos sin conocer en profundidad sus efectos sobre la piel.
Entre las famosas que lo han puesto de moda, Gwyneth Paltrow es una verdadera fan de los productos con veneno sintético, al igual que actrices y actores de la talla Hylary Swank, Drew Barrymore o Pierce Brosnan.
En este sentido, hay dos venenos especialmente populares en el mundo de la cosmética actualmente: el veneno de serpiente y el veneno de abeja, que hoy veremos un poco más en profundidad.
Veneno de serpiente, tesoro preciado
En primer lugar, debemos dejar claro que el llamado veneno de serpiente, veneno de cobra o veneno de víbora no es realmente un tipo de veneno. La cosmética avanzada no necesita matar serpientes para sacarles el veneno ni criarlas para utilizar su veneno para conseguir la toxina. Resulta bastante desagradable tan sólo pensarlo; en realidad se sintetiza. La ciencia hoy en día, tiene la capacidad de conseguir aislar en los laboratorios cualquier principio activo y fabricarlo. En este caso, se trata de unos tripéptidos que son los responsables de que el veneno de serpiente sea un tensor natural de los músculos
Concretamente, el tripéptido tiene un efecto similar al Waglerin 1, sustancia que se encuentra localizada en el veneno de la serpiente conocida como víbora del templo, el más preciado por su demostrada eficacia.
El conocido como veneno de serpiente, se ha convertido en el “best seller” de la belleza gracias a sus propiedades paralizantes, capaces de bloquear las señales nerviosas que contraen los músculos. Resulta muy eficaz por su actividad inhibidora de las contracciones musculares, responsable de las arrugas de expresión como surcos, arrugas del entrecejo o frente y las «patas de gallo», que son marcas de expresión totalmente diferentes a las causadas por el envejecimiento natural de la piel. Es en estas zonas donde el veneno actúa con un efecto similar al botox.
En cualquier caso, debemos entender que cuando las cremas o serums con este activo se aplican en la piel, los resultados son visibles, pero no van a tener la misma precisión o resultados que cuando un cirujano plástico efectúa un tratamiento.
Veneno de abeja, el must have de las famosas
Por su parte, desde hace más de 3000 años, se conoce que los beneficios que nos aportan las abejas y los productos que elaboran. Al principio era con la miel, un alimento nutritivo y rico en azúcares que complementaba la alimentación, posteriormente se conocieron las propiedades que aportaban al organismo el propóleo y la jalea real, y desde no hace demasiado tiempo se ha estudiado el efecto del veneno de abeja sobre la piel humana.
En este caso, se trata del veneno secretado por la abeja como su propio nombre indica, constituido por una compleja mezcla de polipéptidos y enzimas muy beneficiosos para la piel. Por ejemplo, aumenta la microcirculación de los tejidos dérmicos, repara y regenera los fibroblastos estimulando la síntesis de colágeno y elastina, aportando mayor firmeza a la piel, actúa como barrera protectora frente a los radicales libres previniendo el daño oxidativo y posee una acción relajante de los músculos faciales al igual que lo hace la toxina botulínica, disminuyendo las arrugas de expresión.
En cuanto a sus aplicaciones médicas, se suele usar en problemas articulares y como anticoagulante. Así, es empleado en dolencias como artritis, ciática, lumbago, tendinitis, osteoartritis, eczemas, y otros problemas cutáneos, además de en casos de artritis reumatoide, neuralgia o esclerosis múltiple. También se usa como inmunoterapia en las personas alérgicas a la picadura de las abejas, pues con ello se consigue reducir la sensibilización a estas personas.
Se trata de un producto realmente caro, ya que 1 gramo de veneno de abeja puro cuesta en torno a 300 dólares. Por último, para los amantes de los animales (o para todos lo que no amándolos preferimos respetar la vida), si bien las abejas mueren cuando pican e inyectan el veneno, pero la extracción del veneno en laboratorios se hace gracias a un cristal con bajo voltaje eléctrico y así liberan el veneno.