¿Cómo afecta la Luz Azul a la mirada?
La mirada es una de las zonas más sensibles del cuerpo. Expuesta a todo tipo de agresiones y con una piel más fina que en otras zonas, se ve afectada por distintos factores dañinos a diario; incluida la luz azul.
La luz azul o Blue Light está dentro del espectro de luz visible. Influye en distintos procesos nerviosos, por lo que es importante para la vida; pero puede generar distintos problemas en la visión de los que debemos protegernos. Especialmente en una sociedad totalmente conectada a las pantallas.
En general, se puede decir que la cantidad de luz azul recibida por el ojo por parte de los rayos solares gira en torno al 30%, mientras que bombillas las bombillas LED y los dispositivos electrónicos suponen entre un 25 y un 40%, según la exposición.
¿Cómo actúa la luz azul en los ojos?
El haz de luz azul se refleja en la retina, de forma que los conos y bastones emiten una señal legible al cerebro que causa oxidación. De esta forma, se debe tener cuidado en los casos en los que se excede la longitud de onda y el tiempo de exposición para evitar un deterioro de la visión y la mirada.
Las proteínas cutáneas conocidas como opsinas son foto-receptoras encargadas de absolver la luz y están presenten tanto en la piel como en la retina. Dentro de los tipos de opsinas, la opsina 1 trata la luz azul-violeta y la 2 la luz azul-verde; ambas actuando en la capa superior de la epidermis, principalmente. Por su parte, la opsina 3 es la sensible a la luz azul y se encuentra de forma difusa en la piel, como en las membranas de queratinocitos y melanocitos.
Activadas por la luz azul, desencadena de reacciones celulares que participan en la sincronización de los relojes biológicos cutáneos para lograr un equilibrio en la piel. Cuando exponemos la piel a un exceso de luz azul, las opsinas se saturan y se bloquean los mecanismos celulares creando estrés oxidativo que altera las membranas celulares y ADN mitocondrial.
De esta forma, la barrera cutánea se debilitada y provoca daños celulares dando lugar a los síntomas visibles de fatiga y cansancio.
¿Qué daños causa en la vista la luz azul?
El exceso de Luz Azul genera daños celulares a todos los niveles. Además de reducir la agudeza visual y sequedad, puede causar opacidad en distintos puntos de la visión; dando lugar a afecciones visuales como cataratas o fotoqueratitis.
La Luz Azul descontrolada también provoca daños oxidativos en la retina que puede generar una degeneración macular que conlleva una pérdida de visión.
De todos ellos, la fatiga visual o el cansancio visual son de los síntomas que más fácilmente se aprecian. Al igual que un uso intenso puede provocarla (como en largos viajes u horas de estudio), la larga exposición a pantallas también puede causar el mismo problema. Sus síntomas pueden variar desde picor en los ojos (incluidos los ojos llorosos), visión borrosa, dolores de cabeza, sensibilidad a la luz, vista cansada e, incluso, dificultad de concentración.
Se diferencia de la presbicia (la famosa vista cansada) porque la fatiga visual se da por factores externos, mientras la presbicia se produce un proceso degenerativo del cristalino; es decir, por causas internas.
Otros daños de la luz en la piel
En la piel, el exceso de luz azul provoca daños celulares que acentúa afecciones como arrugas, bolsas y ojeras. Además, como en el caso de la vista, propiamente dicho, también genera fatiga visual que genera un aspecto cansado en el exterior.
El deterioro celular que causa el exceso de luz azul invita a un envejecimiento prematuro en toda la piel y no solo dentro de la zona del contorno de ojos.