#salud ¡Al agua pato! Consejos para disfrutar sin contratiempos de un día de piscina o playa
Estamos en pleno verano, los termómetros marcan altas temperaturas y los días se pasan mejor en una piscina, playa o lago donde poder refrescarnos. Sin embargo, evitar que las olas del mar se conviertan en un peligro o el sol en un enemigo sigue estos pequeños consejos para disfrutar de un día de agua repleto de sensaciones divertidas y alejado de contratiempos desagradables. Por ejemplo, tantear la profundidad de la zona de baño antes de lanzarnos de cabeza o desde mayores alturas te evitará lesiones que pueden llegar a ser muy graves.
El primer consejo recogerá al mayor de los clásicos: Lo primero es protegernos del sol, incluso en los días nublados. Es imprescindible utilizar una crema solar en todo el cuerpo resistente al agua. Evitarás daños en la piel a corto y largo plazo, como quemaduras o cáncer de piel. Para combatir las radiaciones ultravioletas, también puedes utilizar sombreros y una ropa holgada y fresca que te ayuden a protegerse del sol sin asarte de calor. En este sentido, es interesante que limites las horas de exposición al sol para evitar insolaciones.
Especialmente si vas con los más pequeños de la casa asegúrate de que las condiciones de la zona de baño, sea playa, piscina o lago, sea seguro para todos, a ser posible con medidas de seguridad como socorristas o puestos de socorro. Del mismo modo, nunca dejes sin vigilancia a los más pequeños, son tu responsabilidad, tanto en el agua como fuera de ella y tan importante es su seguridad como que no molesten al resto de personas que disfrutan de su relajado día de baño.
Del mismo modo, es muy aconsejable no perder nuestras pertenencias de vista, no llevar más que lo imprescindible o, incluso, si es posible, bañarte por turnos con tu familia o amigos para evitar que los ladrones hagan nunca mejor dicho, el agosto contigo y tu día de relax y refrigerio. Respetar las normas de la piscina y enseñarles a respetarlas os evitarán más de un problema como el típico resbalón por correr por el suelo húmedo sin zapatillas, saltar sobre otros niños o jugar con los mecanismos de limpieza de la piscina.
Hablando de uno mismo y los demás, me parece importante mencionar que debes tener en cuenta tus propias limitaciones. A veces por seguir al grupo nos ponemos en peligro más de la cuenta y podemos perder el control, especialmente en el caso de lagos o playas donde los peligros son mayores que en una piscina con los límites del agua bien marcados y una seguridad extrema en cada metro cúbico de agua.
A este respecto, piensa en las actividades que quieras realizar en el momento «al agua pato», si piensas alejarte mucho de la costa te conviene llevar un elemento flotante donde poder agarrarte o localizarte en un momento dado. Tampoco te olvides de hidratarte continuamente bebiendo agua para reponer lo que hayas perdido o de evitar los cambios bruscos de temperatura de golpe.
En el caso de estos lugares donde la asistencia puede no estar tan a mano como en una piscina tradicional, te vendrá bien llevar un kit de emergencias para poder reaccionar ante cualquier raspón que pueda ocurrir. Tampoco intentes hacerte el héroe, si sabes practicar una maniobra de salvamento ve a por ello, sino deja actuar a una persona que sepa porque los daños pueden ser irreparables.