Hoy vamos a centrarnos en los tipos de correctores que puedes encontrar en el mercado en base a sus texturas. Los correctores cumplen la función de camuflaje pero no son infalibles y si te pasas o eliges uno inadecuado para tu tipo de piel, obtendrás malos resultados (puedes conseguir incluso que se vean más las imperfecciones).
Principalmente puedes encontrar este tipo de correctores:
–Líquidos: son los más sencillos de usar aunque normalmente no relucen por su cobertura. Son ideales para ojeras y pequeños granitos, pero hay que tener cuidado al aplicarlos porque a veces no se funden todo lo bien que debieran con tu piel. Este tipo de correctores sobre todo van bien para las pieles de normales a secas.
–En barra: son más densos y suelen durar más tiempo, así que suele ser la opción de aquellas que tienen las imperfecciones más marcadas. Aunque se aconsejan para todo tipo de pieles, invitaría a las pieles secas a probar con otro producto para evitar que su piel se muestre aún más reseca.
–Crema: Cubren ojeras y zonas oscuras. No son los más duraderos, pero normalmente son los que dan una sensación más natural (¿alguna vez te has encontrado a la típica persona que se ha echado mucho antiojeras y tiene la zona del contorno de ojos descaradamente claro?, ¿os ha pasado a vosotros?, puede evitarse con esto, pero no te va a cubrir igual).
-Lápiz: Ayudan a mejorar pequeñas imperfecciones y a delimitar formas, por ejemplo se empieza a usar a menudo en el contorno de los labios cuando se maquillan de colores muy vivos e intensos.
Cómo utilizarlos. Puedes utilizar el dedo anular para distribuir el producto, dando ligeros golpecitos alrededor de la zona, como con el contorno de ojos, pero también puedes utilizar pinceles. Como consejo, evita presionar muy fuerte en el área bajo los ojos. Se aplica antes del maquillaje por norma general.
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