Bolsas ecológicas: ¿Bolsas biodegradables o Bolsas compostables?
En un mundo donde el reciclaje es parte fundamental de nuestra conciencia social, cada día encontramos nuevos materiales que apuestan por ser igual o más ecológicos que los anteriores, volviéndonos un poco locos a veces.
No en vano, la nueva ley aprobada por la Unión Europea al respecto limita, a partir de 2021 en España, la venta y el acceso de objetos plásticos de un solo uso, como en el caso de las bolsas o los cubiertos de plástico.
Hoy repasamos las diferencias entre las distintas bolsas ecológicas que puedes encontrar en el mercado; destacando las biodegradables y las bolsas compostables, tan de moda hoy en día como alternativa a las bolsas de plástico tradicionales que sabemos que tardan en torno a 400 años en descomponerse totalmente.
Tipos de bolsas ecológicas
En la actualidad, existen un sinfín de bolsas ecológicas. Por ejemplo, las bolsas reutilizables son principalmente bolsas ecológicas TST (esto es, bolsas de tela en un tejido sin tejer) que pueden fabricarse en materiales orgánicos como el algodón, la rafia o el yute.
Dentro de las bolsas más tradicionales, en la actualidad encontramos que las bolsas de papel y plástico se van descolgando para dar paso a bolsas pensadas para descomponerse con mayor facilidad en el medio ambiente. Así, destacan dos tipos de bolsas:
Bolsas biodegradables. Compuestas de un material que desaparece en el medio ambiente sin dejar residuos como en el caso de las bolsas de plástico biodegradable. Este tipo de bolsas biodegradables suelen tardar unos 18 meses en desaparecer completamente.
Bolsas compostables. Se trata de un nuevo tipo de bolsa que se puede utilizar para hacer compost; de ahí su nomenclatura como compostables. Esto quiere decir que las bolsas compostables se degradan produciendo compuestos orgánicos y biomasa sin dejar residuos tóxicos. En este caso, se degradan a la misma velocidad que la materia orgánica de la que están fabricadas.
Diferencia entre las bolsas compostables y las biodegradables
La principal diferencia entre la bolsa compostable y la biodegradable se encuentra en el proceso de degradación de la misma. Así, la bolsa biodegradable se descompone de forma natural, mientras que la compostable requiere unas condiciones específicas; es decir, una se degrada de forma natural y la otra necesita la acción del hombre en un proceso que necesita alto nivel de humedad, temperatura alta y oxígeno.
Habitualmente, también es común que se entremezclen las ideas cuando hablamos de este tipo de bolsas comparadas con los bioplásticos. Debemos dejar claro que los bioplásticos son plásticos que, en lugar de fabricarse con materiales a partir del petroleo, se fabrican materiales derivados de fuentes renovables de biomasa como las grasas, los aceites o los vegetales (como la patata o el maíz). Por tanto, la mayor parte de los bioplásticos son biodegradables y compostables, pero son conceptos diferentes.
Dentro de las bolsas biodegradables, merecen especial atención las bolsas hidrosolubles que se disuelven sin dejar componentes plásticos (tanto en agua caliente como en agua fría) y normalmente están fabricadas con materiales orgánicos son productos completamente sostenibles.