Disfunción eréctil, ¿cómo te afecta como mujer?
Habitualmente cuando hablamos de disfunción eréctil todo se enfoca hacia el hombre, dado que es quien sufre el problema. No obstante, pocas veces se habla de cómo puede afectar psicológicamente a la mujer y cómo puede secundariamente afectada sin que nadie repare en si le afecta o no. Sin embargo, está demostrado que la disfunción eréctil del hombre puede causar también una pérdida de deseo sexual en la mujer o, incluso, generar una depresión.
En primer lugar, debes tener claro que la disfunción eréctil es un problema masculino que tiene mucho que ver con la autoestima y el estrés, además de con la calidad de vida que, lamentablemente, cada día es peor en nuestra sociedad: con mayor estrés y más presiones en el día a día que acaban por destrozar a todo ser humano y que, a menudo, se ve reflejado en otras patologías como en este caso.
Para mí, una buena calidad y regularidad en el sexo es fundamental para obtener la calidad de vida, ya que influye en muchos procesos psicológicos que producen sensación de bienestar a largo plazo, más allá del propio acto. Entonces, ¿cómo te afecta como mujer la disfunción eréctil?
¿Qué es la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil implica la incapacidad de mantener la erección masculina lo suficiente como para mantener una relación sexual satisfactoria, pero para considerarse patología deben pasar varios meses sin que se solucione. Lo primero que debes hacer es apoyar a tu pareja a hablar del tema, ya que muchas veces supone gran frustración y no es fácil para ellos tomar las riendas para cambiar la situación, ten en cuenta que muchas veces está asociado con otros problemas psicológicos simples o patologías graves. La comunicación es un axioma en toda relación, más en estos casos.
Lo primero es, por tanto, visitar a un especialista que pueda descartar cualquier enfermedad que pueda estar causando la disfunción eréctil. Una vez tengamos claro que se trata de un factor psicológico, es el momento de tomar cartas en el asunto. Debes saber que existen factores de riesgo para padecer disfunción eréctil, como la diabetes, colesterol alto u obesidad e insuficiencia cardíaca, ya que complican el flujo sanguíneo tan necesario para conseguir la erección del pene.
Existen muchas causas que pueden provocar la disfunción, como el consumo de medicamentos o drogas que alteran nuestro organismo, otros problemas de salud o el estrés que es la más común en los casos de hombres menores de 50 años. No obstante, habitualmente los desencadenantes se ven combinados en los casos reales. También se puede ver incrementado por malos hábitos de vida como la vida sedentaria, el tabaco o el alcohol.
Seguir el consejo del profesional y acompañar a tu pareja en el proceso es importante para superar la disfunción eréctil en pareja sin que melle más la relación. Hay muchos tratamientos que pueden aplicarse como ondas de choque o terapias, así que no dejes que su frustración te afecte más de lo debido.
¿Cómo puedes ayudarle?
En primer lugar, no agobies; hay ciertos problemas en la vida que requieren un proceso interno para superarlos. Apóyale, pero no le causes más ansiedad: el miedo a fallar y el agobio hará que se le haga más complicado excitarse.
Debes darle confianza en la relación, ya que a menudo la disfunción eréctil se incrementará por los propios miedos como el miedo a perder a tu pareja porque te deje o te sea infiel. Es algo que puede pasar, pero normalmente se relaciona con otros problemas de pareja en torno a la relación. Puedes intentar que te de placer a ti para que ni te frustres tú en tu día a día y para que vea que hay otras formas de hacerte disfrutar sin penetración. Puede que incluso si es solo psicológico termine por animarse; en cualquier caso, sin presiones.
Lo que sí puedes hacer es estudiar la situación para entender que no eres parte del problema y, si lo eres, valorar si te interesa modificar aquello que le causa la falta de apetito, ya que muchas veces puede haber otros problemas como la falta de comunicación en la pareja. Eso sí, no dejes que te utilice de excusa para justificar su problema: él es quien lo tiene y quien debe encontrar la forma de solucionarlo, tú solo puedes acompañarle y hacerle el camino más agradable.
Ten en cuenta que el principal problema psicológico es que no para de darle vueltas a la cabeza, incrementando el problema y la preocupación en torno a ello; además si es causado por algún aspecto médico el factor psicológico sólo incrementará la situación. No es algo tan anormal, se estima que uno de cada cinco hombres en España lo sufren a lo largo de su vida, con un 25% de casos entre los 50-60 años y un 50% en hombres de mayor edad.