Los Probióticos y sus beneficios para el cuerpo
Seguramente has escuchado en más de una ocasión hablar de los probióticos. Los probióticos son microorganismos beneficiosos para el organismo que ayudan a controlar el sistema inmunológico de nuestro cuerpo cuando se ingieren o aportan al cuerpo en las cantidades y formas adecuadas como veremos en el texto de hoy.
El sistema inmune es un mecanismo de defensa natural ante sustancias extrañas que pueden atacarlo, encontrando mas de dos tercios en el intestino, de ahí la importancia de incluir alimentos como el yogur en nuestra dieta. No obstante, hoy en día podemos encontrar probióticos en suplementos alimenticios, así como en productos para la piel, especialmente cuando se orientan al incremento de la barrera protectora de la piel.
Probióticos en el organismo
Los probióticos se dan de forma natural en el organismo. Por ejemplo, la flora bacteriana del estómago se forma por millones de bacterias dentro del intestino grueso y producen sustancias beneficiosas par ala salud, regulando también la respuesta del cuerpo ante patógenos. De esta forma, los probióticos estabilizan la flora bacteria y producen enzimas digestivas, mejorando y activando las defensas.
Habitualmente se recomiendan para tratar casos de diarrea, revenir enfermedades inflamatorias intestinales, aliviar ciertos síntomas como en el caso de la intolerancia a la lactosa o aliviar signos de colón irritable. Además, se recomiendan en caso de cólicos, resfriados, colesterol alto o eczemas, entre otros.
La microbiota del intestino debe estar formada según los expertos de un 85% de bacterias buenas (ya que hay muchos tipos distintos de probióticos) y como mucho un 15% de bacterias patógenas para optimizar la salud y rendimiento del sistema, ya que afecta a muchos aspectos aparte del sistema digestivo, como el sistema nervioso o el inmunitario.
Diferencia entre probiótico y prebiótico
Si el probiótico es un organismo vivo, el prebiótico es una especie de fibra alimentaria que no se forma por organismos vivos y que estimulan el crecimiento en el colon de bacterias beneficiosas. Debido a su relación a la hora de mantener una flora intestinal fuerte, es normal encontrar suplementos que combinen ambos, dando lugar a productos que se conocen como simbióticos.
Alimentos con probióticos
Como hemos mencinado el yogur es uno de los principales alimentos con probióticos más conocidos por su contenido en lactobacillus y bifidusbacillus, pero existen muchos otros alimentos como el chocolate negro a partir del 80% de pureza de cacao sin azúcar añadido, gracias a los polifenoles del cacao. También las microalgas tienen un alto contenido en probióticos, recomendando los expertos acudir a la Chorella, la Espirulina y la Kombu.
Otros son: el chucrut (repollo fermentado con lactobacillus, el probiótico más utilizado en la actualidad) o el kéfir (fementación del hongo kéfir con leche, agua,…). En general, alimentos y bebidas basados en procesos de fermentación suelen tener algunos probióticos como en el caso del miso, el sufí o el natto (todos a base de soja fermentada).
Alimentos con probióticos más comunes son los pepinillos fermentados en vinagre, el pan de masa madre o el queso fresco.
Cosmética y probióticos
En la actualidad, muchos productos cosméticos utilizan elementos probióticos para proteger y calmar la piel, de forma que interfieren en la capacidad de los organismos prejudiciales de provocar afecciones y problemas en la piel, especialmente en el caso de pieles sensibles y reactivas como la rosácea, caracterizada por la inflamación y la rojez.
Bacerias, virus, hongos o agentes agresivos externos pueden desequilibrar la barrera protectora de la piel, de forma que los productos tópicos con probióticos ayudan a reforzar esta barrera natural. Para que te hagas una idea, en la extensión de la piel, de unos 2 metros cuadrados, poseen más de un millón de bacterias de muchas especies diferentes con distintos papeles en la piel.
Suplementos probióticos
Como hemos comentado, en la actualidad hay un sinfín de opciones probióticas y simbióticas, dentro de los cuales los lactobacillus y bifidusbacillus son los más comunes. En concreto, el lactobacillus calma la inflamación y mejora la regulación de los niveles de hidratación y retención de agua de la piel, por lo que también se estudia su eficacia en el caso de quemaduras solares.
El poder antioxidante de este se ve complementado en numerosas ocasiones con bifidusbacillus que reducen los radicales libres para crear fórmulas antienvejecimiento bien por vía oral o tópica.