Comprendiendo la afección: celulitis y piel de naranja
La celulitis y la piel de naranja es una afección corporal que padecen la mayor parte de las mujeres a lo largo de su vida de las mujeres y entender cómo se producen te ayudará a tomar medidas en su prevención. A pesar de que no supone un riesgo para la salud, se trata de una afección principalmente estética y no suele plantear molestias en la vida diaria.
En una de sus últimas guías sobre las cremas anticelulíticas, Beautyme destaca la importancia de prevenir su aparición mediante dieta y ejercicio así como la aplicación de productos específicos que contengan ingredientes estimulantes e inhibidores para acelerar la disolución de grasas e impedir la acumulación de las mismas.
La piel es un órgano vital que cubre y protege de las agresiones externas, entre otras funciones como ayudar a retener el agua en nuestro interior. Tiene distintas capas que nos ayudarán a entender la afección:
- Epidermis – capa más externa
- Dermis – capa intermedia
- Hipodermis – capa profunda
En la hipodermis es donde se encuentran los adipocitos que almacenan la grasa del cuerpo, por lo que para entender la celulitis y la piel de naranja debemos centrarnos en esta capa dérmica.
¿Qué es la celulitis?
La celulitis se da en esa capa más profunda. Se crea por una inflamación del tejido celular subcutáneo causada por una alteración o mal funcionamiento de la micro-circulación. En ocasiones, puede provocar mucho dolor a la persona que lo padece.
Esa acumulación produce una infección en la capa subdérmica de tejido adiposo localizado, normalmente en glúteos, caderas y muslos, que crea pequeños bultos al aumentar su tamaño por los desajustes en la acumulación y desgaste de la grasa, pudiendo llegar a presionar los vasos sanguíneos.
Sus causas son variadas, desde problemas circulatorios o deficiencias hormonales y factores genéticos al estilo de vida sedentario o los malos hábitos alimenticios que veíamos al principio. En realidad, su tratamiento requiere constancia y un estilo de vida saludable, de forma que se puedan paliar los síntomas.
¿Qué es la piel de naranja?
Por su parte, la piel de naranja es considerada a menudo como una secuela del desajuste producido por la celulitis o, incluso, como un sinónimo. Sin embargo, sabemos que no todos los tipos de celulitis tienen porqué llevar asociada una piel de naranja. Ésta última, aparece por factores genéticos y de género (siendo algo muy nuestro), así como la edad, los hábitos o la alimentación.
En realidad, consiste en tejido graso subcutáneo acumulado de forma localizada hasta que llega a presionar las fibras de tejido conectivo, formando una red que normalmente se puede apreciar a plena vista como pequeños bultos que simulan la piel rugosa de una naranja.
¿Cómo combatir celulitis y piel de naranja?
La celulitis y la piel de naranja pueden ser una auténtica lata. A pesar de que nos ayudemos con cremas o tratamientos específicos, debemos entender que mantener bajo control a la celulitis y la piel de naranja requiere mucho más que una visita al centro estético o una crema regular en nuestra rutina.
Está demostrado que realizar ejercicio ayuda a reducir la piel de naranja y la celulitis, ya que el sedentarismo acelera habitualmente su formación.
De igual modo, mantener una dieta sana, será clave para acabar con ambas afecciones. Es importante consumir el agua recomendado y cuidar los nutrientes que introducimos en el cuerpo; es importante liberar de toxinas para el organismo. Así, será importante reducir el consumo de alcohol, suprimir el tabaco o evitar alimentos altos en grasas y azúcares.
El estrés es otro de los factores que desencadenan los desequlibrios en el cuerpo que pueden potenciar la aparición de celulitis, por lo que debemos aprender a gestionar las situaciones de forma que podamos mantener controlado el nivel de estrés diario.
¿Por qué más en mujeres?
- Las mujeres tenemos más tendencia a tener piel de naranja y celulitis por dos razones genéticas: tendemos a acumular más grasa en ciertas zonas por el sistema hormonal
- Nuestra red de tejido conjuntivo es más débil que la del hombre, de forma que su formación es más sencilla.
- Poseemos mayores fluctuaciones en los niveles de estrógenos y cambios hormonales que crean desajustes.