Sobre tratamientos faciales en casa y aparatos que lo ponen más fácil

Hoy en día sabemos que tan importante es visitar regularmente a nuestro esteticista como mantener los resultados con rutinas diarias y semanales. Hoy en día, las limpiezas y los tratamientos faciales en casa han mejorado mucho gracias a la gran cantidad de aparatos que encontramos en el mercado para profundizar nuestra rutina de belleza facial. Desde aparatos generales de limpieza profunda a masajeadores para manipular las arrugas; hoy en día encontramos también aparatos que llevan la clínica al domicilio como el famoso Dermawand.

Los aparatos de limpieza facial, permiten profundizar a la hora de retirar los residuos de la piel, con algunas opciones interesantes que permiten un exfoliado suave de la piel de la capa más superficial para suavizar al tacto. Aunque a priori pueda dar pereza utilizarlos, en realidad estarás ahorrando mucho tiempo porque te permitirá mantener la piel limpia de forma cómoda y rápida en cuanto te habitúas a su uso.

Muchos de estos aparatos permiten mantener la piel en mejor estado en el domicilio, siendo una forma de ahorrar a largo plazo en visitas a la cabina del centro de belleza una vez tengamos las afecciones bajo control. Además, muchos de estos productos permiten retrasar el proceso de envejecimiento, como en el caso de la radiofrecuencia, que debe utilizarse con cuidado. En el caso que mencionábamos al principio, Derma Wand es un sistema de estimulación por radiofrecuencia que emite pulsaciones localizadas que para masajear la piel de forma que combinado con productos y movimientos adecuados se permite modelar el rostro y oxigenar la piel, reactivando también la circulación de la zona.

Recordemos que la radiofrecuencia en casa debe ser utilizado a baja potencia y siguiendo estrictamente las instrucciones de uso o, incluso, pidiendo consejo a un profesional, ya que, aunque el efecto siempre sea más suave que en una clínica, es un tratamiento diseñado para suavizar las líneas de expresión y las arrugas, levantar los párpados, reducir el tamaño de los poros, eliminar los pliegues de la piel y reducir las líneas de expresión, lo que puede llegar a convertirlo en algo adictivo.

Dentro de los masajeadores faciales generales que permiten remodelar el rostro y combatir la flacidez, también los masajeadores oculares gozan de gran popularidad por su gran utilidad en las mañanas más duras tras las noches más… cortas.

En la actualidad, gracias a grandes cadenas que desarrollan su negocio en base a la aparatología de uso en casa, como todos los que hemos visto a lo largo de los años en anuncios del tipo la tienda en casa, han propiciado el desarrollo de productos especializados en formatos mucho más accesibles para el gran público que cada día reclama mayo calidad en los productos.

Hay mujeres que van un paso más allá y utilizan aparatos más sofisticados para crear su propio salón de belleza en casa, como aquellas que utilizan el láser para la depilación, incluida la facial. Habitualmente son seguras y tienen riesgos de quemaduras mínimos al ser de una potencia muy inferior a la de los centros de estética, pero, en un periodo en el que se debate si el láser debe ser aplicado solo por personal médico y no también por esteticistas formadas, no sé si es lo más adecuado en una zona tan delicada como el rostro.

Otro ejemplo sobre cómo han evolucionado los aparatos sofisticados para mejorar nuestra rutina de belleza en casa son los martillos en frío que permiten enfriar la piel después de una dermoabrasión para reducir el enrojecimiento de la piel y elevarla, atenuando arrugas, suavizando y tersando la piel del rostro. Incluso se empiezan a ver algunos productos de mesoterapia para uso en domicilio.

Como comentaba al principio, todos estos aparatos pueden complementar nuestras rutinas de belleza facial y los tratamientos a los que sometemos nuestra piel para mantenerla joven durante más tiempo, pero siempre debes recordar que los tratamientos faciales en el centro de belleza te ayudarán a tener una piel realmente sana y libre de imperfecciones bajo un control que evite sorpresas más adelante, como pueden ser las manchas en el caso de las máquinas más fuertes.