Sobre acoso laboral en el siglo XXI, breve aproximación
En nuestro día a día a menudo encontramos situaciones de tensión e incómodas con las personas que trabajamos que pueden terminar por mermar nuestro estado de ánimo. Hoy hablaremos de qué es acoso laboral, cómo identificarlo y cómo actuar en consecuencia. ¿Quieres saber si en tu entorno se dan este tipo de situaciones y cómo evitarlas?
Qué se considera acoso
Lo primero que se debe tener en cuenta es que el acoso laboral no es un hecho aislado o puntual, como aquel que se deriva de una tarea de trabajo o un proyecto puntual, sino una tensión y presión constante hacia una persona que de forma real o psicológica le afecta en su día a día y puede ser sufrida por compañeros, tanto del mismo nivel como de niveles inferiores, o por superiores, donde el acoso laboral toma un tinte aún más grave.
Hay una parte del acoso que llega al ámbito mental sin que sea visible físicamente, pero hay una serie de conductas que se dan más a menudo de lo que nos pensamos y que están catalogados por expertos como conductas de acoso hacia el trabajador. Por ejemplo, crear un aislamiento social en torno a una persona como al separar a un trabajador del resto sin causa justificada real, cuestionar sus decisiones constantemente, asignar tareas degradantes o directamente tratar a alguien como si no existiese, es una forma de acoso laboral que genera problemas de salud en la persona que lo padece, según indican los expertos.
Otra situación de acoso que va más allá de la violencia física como gritos, peleas o amenazas, se ven a diario en los ataques personales que van desde las críticas constantes (incluso de temas que no tienen que ver con el trabajo como creencias religiosas o políticas), bromear o burlarse de las capacidades del otro o de sus condiciones personales (como la raza, discapacidades en ciertos aspectos del trabajo, etc.) o los rumores malintencionados.
Por tanto, acoso es mucho más que el famoso terror telefónico en el que constantemente se trata de tener al trabajador pendiente de la empresa fuera de su horario laboral sin que el puesto de trabajo lo requiera o compense mediante bonus para compensar ese acoso fuera del trabajo. Recordemos en este sentido que el acoso laboral puede generar situaciones de violencia psicológica extrema y ocasionar daños importantes a la persona que lo sufre, afectando a todos los ámbitos de su vida, por lo que no es algo que deba tomarse a broma.
Consecuencias del acoso laboral
Cabe en este sentido tomar conciencia sobre cómo el acoso afecta a una persona, para lo cual nos vamos a guiar por los expertos en riesgos laborales de FREMAP:
“cuando una persona se encuentra bajo una tensión importante, el cuerpo se prepara para luchar o huir, y se producen una serie de cambios hormonales que se traducirán en alteraciones, que se pueden presentar durante e incluso, una vez finalizada la situación de acoso. La víctima puede vivir alguna o varias de estas formas de estrés:
• Agudo, durante los momentos en los que se produce.
• Crónico, como consecuencia de la prolongación en el tiempo.
• Postraumático, ante determinados casos en los que la violencia se vive de forma intensa”.
Del mismo modo, indican algunos de los síntomas que sufre habitualmente una persona que se encuentra en una situación de acoso laboral:
“• Cardiovasculares: taquicardia, sudoración, arritmia…
• Gastrointestinales: diarrea, estreñimiento, gastritis, etc.
• Musculares: contracturas y mialgias principalmente.
• Alteraciones en el pensamiento, atención, memoria…
• Problemas de gestión emocional (fundamentalmente miedo, disminución de la autoestima con sentimientos de ineficacia y culpa, etc.).
• Cambios en el comportamiento: adicciones, conductas de evitación, tendencia a conductas de riesgo (alcoholismo, drogadicción, etc.)”.
En este sentido, hay algunos actos que a menudo se realizan sin ser conscientes sobre cómo le afecta a la otra persona como el hecho de ridiculizar a alguien, dando o no la cara (incluso cuando vienen en formato de broma que es lo más común para tapar la mala acción), no aclarar los malentendidos, mostrar desconfianza constante o rencor personal hacia alguien, no ofrecer nunca ayuda, etc. Que no constituyen en sí mismo una situación de acoso, pero que fomentan esa minusvaloración del otro que, al fin y al cabo, es un tipo de acoso.
Y sí, si estás trivializando el asunto o crees que todo lo que está escrito es para mofarse es muy probable que seas una persona que no ha tomado conciencia sobre el daño que sus actos pueden causar a otras personas (nunca sabemos hasta donde calan nuestros actos y palabras). A lo largo de mi vida, he visto muchos ejemplos, a nadie le gusta reconocer que ha minusvalorado a otra persona o que, incluso, lo hace regularmente, pero sino hay toma de conciencia y nos limitamos al “que no me acosen, pero yo hago lo que me parece”, entonces estamos abocados al fracaso una y otra vez.
Qué hacer en caso de acoso
El acoso laboral, sea en la forma que sea (sexual, jerárquico, horizontal, etc.), requiere tomar cartas en el asunto lo antes posible, para evitar que el problema vaya a más y la otra persona termine por anularse a sí misma por completo; recuerda que al principio de un acoso habitualmente la persona que lo sufre puede soportarlo por lo que no se da importancia hasta que es demasiado tarde para actuar.
En primer lugar, es importante que la persona acosada tome conciencia y diga “basta”; no un “basta” tajante e igual de radical que el acoso sufrido, sino que se trata de afrontar el conflicto de modo inteligente y hablar con las partes implicadas (o animar a que traten el tema si solo eres testigo). En general, se puede y se debe buscar apoyo en personas relevantes para uno mismo de forma que nos ayuden a ver con claridad la situación.
De no surtir efecto la comunicación con el agresor, como suele ser habitual cuando la otra persona no quiere (como la mayoría) reconocer su error, es importante trasladar el problema a personas con autoridad dentro de la empresa para que puedan tomar cartas en el asunto y establecer planes para la resolución de conflictos. Incluso puedes buscar ayuda de un profesional si te está afectando a un nivel psicológico importante, pero no lo dejes pasar porque el acoso no se soluciona por sí solo y la única consecuencia lógica de dejar que otros abusen de ti es que ese abuso vaya a más con el paso del tiempo.
También hay una serie de estrategias personales para luchar contra ese acoso exterior desde el interior que veremos con calma la semana que viene, ya que son técnicas que se pueden aplicar a situaciones de estrés de todo tipo.